El estallido social de octubre y la pandemia del Covid-19 han forzado a organizaciones públicas y privadas a re-pensar sus formas y espacios de trabajo y optar por ejemplo, por el teletrabajo.
Las tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) ha generado posibilidades para que trabajadores y empresas, puedan realizar teletrabajo. Un informe de la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica (OCDE) de 2018, reveló que México es el país que registra más horas trabajadas por individuo (2.148 horas por año). Por su parte, Chile se encuentra en el sexto lugar a nivel mundial con 1.941 horas por año. En el extremo opuesto países como Alemania, Dinamarca y Noruega con jornadas que oscilan entre 1.363 y 1.416 horas al año.
Sin embargo, un mayor número de horas de trabajo no es sinónimo de mayor productividad, según lo deja entrever un estudio del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo que data del año 2017: “las empresas grandes de la OCDE son aproximadamente un 40% más productivas que las empresas grandes en Chile”.
El estallido social ocurrido en octubre de 2019 en Chile y la pandemia del Covid-19 han forzado a diversas organizaciones públicas y privadas a re-pensar sus formas y espacios de trabajo. Aún más, estos acontecimientos han acelerado la discusión y reciente aprobación de la ley que regula el teletrabajo y trabajo a distancia. Numerosas organizaciones han debido reinventarse en tiempos de cambio para seguir funcionando.
La USS asumió el último trimestre del año pasado el desafío de intensificar la utilización de plataformas tecnológicas digitales (Classroom, Colaborate y Teams) que permiten, tanto a colaboradores como a estudiantes, asegurar la continuidad del proceso educativo de forma remota y a todo evento.
Sin embargo, cambiar nunca es sencillo y establecer espacios de trabajo a distancia requiere planificación y autogestión. Algunas recomendaciones el funcionamiento remoto son:
Natalia Campos Albornoz
Académica de Ingeniería Civil Industrial
Universidad San Sebastián, sede Valdivia
Vea la columna en El Austral de Valdivia