Columna: Recuperación de la capa de ozono
Académico de Vinculación con el Medio, Ricardo Saavedra, recuerda la firma del Protocolo de Montreal, que permitió a los países eliminar el uso de gases dañinos para la capa de ozono, en 1987. Para conmemorar esa fecha, la ONU decretó el 16 de septiembre como el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.
En septiembre de 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, que logró consolidar la prohibición del uso de los clorofluorocarbonos y gases refrigerantes que hasta ese entonces producían estragos en cuanto a destrucción de la capa de ozono.
La tarea por esa época no debió haber sido fácil. Fue la primera vez que como sociedad global tuvimos que ponernos de acuerdo en un asunto medioambiental, modificando nuestros patrones de producción y crecimiento. Sin embargo, tres décadas después, los cambios son evidentes.
El esfuerzo internacional permitió que todos los países asumieran un compromiso medioambiental conjunto, logrando eliminar el uso de estos gases. Actualmente, la capa de ozono lleva años en proceso de recuperación, reduciendo considerablemente la radiación ultravioleta que llega a la Tierra, protegiendo la salud humana y los ecosistemas. Se estima que en 2060 se recupere en plenitud y vuelva al rango previo a la revolución industrial.
Este acuerdo marcó un hito en el ámbito de la concientización ambiental y en la creación de acciones que permiten llevar adelante un nuevo estilo de desarrollo, considerando los aspectos ambientales desde la base de construcción de nuestra sociedad.
El Protocolo de Montreal puede verse como una fuente de inspiración para implementar acciones climáticas más ambicionas frente a los nuevos desafíos que como sociedad global nos estamos enfrentando. Es urgente volver a tener la madurez que tuvieron las autoridades de aquel entonces para controlar eficazmente la emisión de gases de efecto invernadero, los cuales provocan que el calentamiento global siga avanzando y trayendo consigo una serie de fenómenos climatológicos que nos afectarán en todo ámbito, tanto desde lo macroeconómico hasta en el día a día de cada uno de nosotros.
El Protocolo de Montreal es una demostración que los acuerdos globales pueden ser exitosos y alcanzar sus metas. Es nuestra tarea nuevamente, por las futuras generaciones, volver a tomar este camino para alcanzar acciones climáticas más concretas.
Dr. Ricardo Saavedra Concha
Académico de Vinculación con el Medio, Facultad de Ingeniería y Tecnología
Universidad San Sebastián