Más de 120 estudiantes participaron en los voluntariados de verano

Durante los voluntariados los estudiantes realizaron labores de reparación y pintura en distintas localidades de Santiago, Concepción, Valdivia y Patagonia.

 

Los voluntariados son organizados por la Dirección General de Desarrollo Estudiantil a través de Asuntos Estudiantiles y la Escuela de Liderazgo y son parte del Programa de Responsabilidad Social Universitaria. “Se ponen en práctica conocimientos, habilidades y vocación de servicio. Además, son parte del sello Sebastiano, en el que esperamos que, al momento de egresar, desde sus propias disciplinas o profesiones los jóvenes puedan servir a Chile y a los más vulnerables”, señala el director de Vida Universitaria USS, Ignacio Osorio.

 

En esta línea, durante 5 días, un grupo de 28 estudiantes de la sede Santiago participó en la remodelación y recuperación en la Escuela Fronteriza de San Gabriel en el Cajón del Maipo, lo que favorecerá a 150 escolares.

 

De la misma forma, pero en el liceo de Los Llanos en Quilaco, 34 estudiantes de la sede Concepción, realizaron tareas de habilitación, limpieza y pintura de salas de clases, además de la construcción de basureros ecológicos y mesas de picnic.

 

En el sector de las Quemas de Futrono y en la Escuela Fronteriza de Llifén en la Región de los Ríos, 28 estudiantes pintaron fachadas y restauraron 15 viviendas, además de construir letreros.

 

“Esta acción se desarrolló gracias al aporte del Fundo Leona, vecinos nuestros que nos ayudaron con la pintura y materiales, y a los estudiantes de la U. San Sebastián que nos apoyaron con la mano de obra. Acá somo 25 familias y se pintaron 15 casas”, explicó Lidia Acevedo, presidenta del comité Adelanto Las Quemas de Futrono.

 

Finalmente, alrededor de 30 estudiantes de la sede De la Patagonia, efectuaron tareas de limpieza y reparación de espacios en la Escuela Francisco Cortés Ojeda de Carelmapu, en la comuna de Maullín.

 

El valor de servir

Lorena Monsalves, estudiante de segundo año de Terapia Ocupacional, sede Concepción, comentó que lo vivido “lo repetiría mil veces, ya que me sentí feliz por el compañerismo y el excelente trato que recibí. En mi primera vez en el voluntariado construí bancas y mesas, también cociné, bailé y jugué fútbol”.

 

En la misma línea, la estudiante de Nutrición y Dietética, sede De la Patagonia, Almendra Gaete, afirmó que todo fue muy gratificante, “porque se generó un ambiente de respeto, trabajo en equipo y compañerismo, además de conocer la realidad de la zona y poder contribuir con ella”.

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