Estrés post PSU: consecuencias y recomendaciones

A raíz de la postergación de las fechas y los problemas de orden público en algunas de los colegios, los estudiantes dieron una PSU que probablemente impacte en sus resultados.

Estrés post PSU: consecuencias y recomendaciones

La Prueba de Selección Universitaria (PSU) año tras año estresa a la mayoría de los estudiantes. Esto, debido a las presiones que tienen de sus familiares y del entorno por afrontar una prueba que les permitirá ingresar al mundo universitario. Si a eso le añadimos los hechos acontecidos por el estallido social y las más recientes tomas y protestas en los establecimientos educacionales, las tensiones por este examen fueron mayores de lo habitual.

norman veraSegún el psicólogo y coordinador de Formación Integral de la Universidad San Sebastián, sede Concepción, Norman Vera, el estrés se define como una reacción natural del ser humano ante eventos que no pueden ser totalmente planificados o controlados. “La PSU genera un gran estrés por las expectativas que hay en el estudiante, pero si a eso le añadimos el estallido social, este estado fue aún mayor”, dice el psicólogo.

Para Norman Vera, las consecuencias para quienes participaron del proceso de selección universitaria son variadas. Por ejemplo, alteración en las horas de sueño; cambios en el apetito y, por consiguiente, en el peso, ya que hay quienes pueden comer mucho por ansiedad como también tener una baja en el apetito; mayor sensibilidad, lo que se traduce en episodios de llanto o ira. También los jóvenes pueden tender a fumar o bien sociabilizar poco.

Desarrollo de la PSU

Los cambios en la rendición de la prueba o la presencia de actos de violencia en los liceos, podría tener como consecuencia una baja en los puntajes de la PSU. “Los estudiantes llegarían a creer que el puntaje que obtuvieron no refleja sus conocimientos, ya sea por no repasar bien o por no tener ambientes tranquilos para estudiar o rendirla”, argumenta el coordinador de Formación Integral de la USS.

De hecho, explica el profesional, el cambio en las fechas de la prueba no solo afectaría al estudiante, sino también las decisiones de su familia, debido a que se modifica la planificación de las vacaciones, cuánto y cómo gastar el dinero del verano, e incluso a qué institución postular. Otro aspecto que contribuiría al malestar emocional sería el no haber cerrado bien la etapa escolar. “Estar en cuarto medio implica rituales sociales importantes y necesarios: la graduación, la fiesta y el compartir el momento con sus seres queridos son cierres psicológicos que van tranquilizando al estudiante y lo van orientando a que se concentre en la PSU”, dice.

Recomendaciones

La mejor manera para calmar a un estudiante es conversar sobre las expectativas que éste tiene para su futuro, situación donde la familia juega un pilar fundamental y una primera barrera de contención. “Los padres aterrizan las creencias que, a veces, son irracionales. A esas edades, sobre todo quienes la dan por primera vez, sienten que se están jugando el resto de su vida, y está lejos de ser así”, aclara.

Sin embargo, para Norman Vera estas etapas son un aprendizaje y sirven para ayudar a descubrir otras habilidades. “Tal vez, el puntaje no les alcanzó para lo que querían y estudiarán otra carrera. No obstante, este hecho les permitirá saber qué es el mundo universitario y lo que quieren para su futuro”, puntualiza.

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