Proyecto permitirá utilizar tecnología de drones para rescate y salvataje en el mar

Iniciativa de Vinculación con el Medio, que lidera la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la Universidad San Sebastián, beneficiará al Cuerpo de Voluntarios de los Botes Salvavidas de Valparaíso, gracias a soluciones desarrolladas por estudiantes a partir de drones.

 

Esta temporada se espera una gran afluencia de público en las playas, lagos, ríos y otros lugares de esparcimiento, debido a que en gran parte del país se han levantado las barreras sanitarias que imperaron durante casi dos años.

Toda esta actividad veraniega supone también un aumento en las emergencias que habitualmente se producen por la imprudencia de los bañistas, donde el rol de los voluntarios del Bote Salvavidas se vuelve fundamental.

Justamente para apoyar esa labor de prevención y rescate, la Universidad San Sebastián, a través de la Facultad de Ingeniería y Tecnología, desarrolla el proyecto colaborativo de Vinculación con el Medio Drones de búsqueda y rescate para un turismo seguro de playas y litoral costero, liderado por los académicos Carlos Escobar, director Nacional de Innovación y Tecnología de la Facultad y Camila Soazo. Ambos son operadores de RPAS (Remotely Pilot Aircraft System), certificados por la Dirección General de Aeronáutica Civil.

Escobar explica que la iniciativa busca “implementar el uso de drones o RPAS para cubrir brechas en tareas de búsqueda y rescate en el Cuerpo de Voluntarios de los Botes Salvavidas de Valparaíso”. En concreto, se trata de un sistema que permita diseñar y/o adaptar drones que tengan características de multirrotores y capaces de desenvolverse en ambientes marítimos. Es decir, que respondan eficazmente a las condiciones climáticas de uso, de modo que el Cuerpo de Salvavidas se vea beneficiado con el uso de esta tecnología para sus labores de rescate y búsqueda costera y de altamar, en un radio de acción que contempla desde Laguna Verde hasta la desembocadura del río Aconcagua, en Concón.

“El proyecto considera además, la capacitación de voluntarios como operadores e instructores de drones en tareas de búsqueda y rescate que, por supuesto, consideren factores inherentes al uso de esta tecnología, como la mantención de los equipamientos, las normativas vigentes, ética y responsabilidad de su uso y el levantamiento de bitácoras y registros de vuelo, entre otros factores”, detalla Escobar.

“Este tipo de instrumentos para el rescate marítimo ya existe en otros lugares del mundo, pero a costos bastante altos y a condiciones ajenas a la realidad de los rescates en las costas del Océano Pacifico. Por eso, este proyecto de la Universidad San Sebastián es de alta importancia, ya que nos permitirá brindar oportunamente un equipo de socorro a un bañista en problemas o a una persona que se encuentre en una situación de peligro, permitiendo incluso, salvar su vida”, destaca Hugo Montenegro, capitán del Cuerpo de Voluntarios del Bote Salvavidas de Valparaíso y comandante de la Junta Nacional de Botes Salvavidas de Chile.

Manos a la obra

En este proyecto, la participación estudiantil es fundamental. Son precisamente ellos los encargados de crear el prototipo de los sistemas complementarios para la adaptación del dron a la actividad de rescate y salvataje, el dispositivo de lanzamiento que permita arrojar un implemento (como un salvavidas); el dispositivo de flotación, en caso de que deba amarizar y los dispositivos de iluminación, de sonido y de PFD (Personal Floating Device) automático, que se infla al caer al agua; además de realizar la integración de los sistemas.

Abigail Silva, alumna de Ingeniería Civil en la sede Santiago, cuenta que este proyecto “es muy innovador, ya que trataremos de utilizar un dron normal de un valor económico accesible para que se implemente de manera efectiva, agregando algunos dispositivos y transformarlo a un dron de rescate profesional”.

Ella es parte de los 184 estudiantes de Ingeniería, de las sedes Santiago, Concepción y Puerto Montt, que se integran en un trabajo colaborativo que busca poner la tecnología al servicio de la sociedad, utilizando las metodologías de desarrollo de proyectos (Design Thinking) y los conocimientos y habilidades tecnológicas y digitales que han adquirido durante su formación, para modificar o agregar nuevas funciones a un equipo, creando un prototipo funcional que pueda ser certificable y cumpla las normativas vigentes.

“Participar en un proyecto como estudiante que busca solucionar un problema real es muy enriquecedor, ya que además de aportar en ideas, permite desarrollar mejores habilidades, tratando de aportar a personas u organizaciones que necesitan de ideas innovadoras”, cuenta Cristian Gálvez, estudiante de Ingeniería Civil en Minas en la sede Concepción.

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