El camino internacional de Carlos Hinrichsen

Director de la Escuela de Diseño Digital e Industrias Creativas, Carlos Hinrichsen, aborda sus próximos desafíos y el nexo con los futuros profesionales del área. Este mes viaja a Alemania para asistir al Red Dot Design Award, evento mundial que tiene un premio equivalente al “Oscar del Diseño y la Innovación”, donde es parte del jurado. 

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“Llevaré una maleta no muy grande, total voy y vuelvo”, dice Carlos Hinrichsen a días de tomar vuelo rumbo a Europa. Y aunque la frase suene a ironía, es cierta. El director de la Escuela de Diseño Digital e Industrias Creativas de la USS arriba el 19 de junio a la ciudad de Essen, Alemania, “y el 21 estoy de regreso”.

Pero su breve paso por tierras germanas está lejos de ser un viaje cualquiera. El académico es parte del jurado del Red Dot Design Award, evento mundial que reconoce el trabajo de empresas y sus equipos en materia de diseño, desarrollo e innovación. De hecho, dentro de la industria, es considerado “el Oscar del Diseño e Innovación”. “He sido invitado desde 2006, y los últimos dos años se realizó de manera online. Esta vez vuelve la ceremonia presencial, y ahí estaremos”, agrega el académico y experto. “Hay productos muy interesantes, que ofrecen grandes experiencias y beneficios a los usuarios, y que poseen un alto componente innovador, por lo que es un honor ser parte de la actividad”.

¿Cómo llega un académico chileno a este certamen? “Creo es que un reconocimiento a años de trabajos y aportes en el ámbito académico y productivo”, apunta Carlos Hinrichsen. “Y eso habla de mucha responsabilidad, compromiso y dedicación”. En la década de los ’80 se tituló como Diseñador Industrial y a comienzos de los ’90 ya contaba con una Maestría en Ingeniería del Instituto de Tecnología de Kioto, Japón. Su extenso currículum suma labores en el sector privado y en la academia, siempre de la mano del desarrollo y análisis de productos. Por ejemplo, proyectos con FIAT en Torino y en Energías Renovables en Islas Canarias. Incluso llegó a presidir la World Design Organization (WDO) de la que hoy es miembro activo.

“Nos falta creernos el cuento, confiar más en lo que hacemos, pero siempre teniendo preparación previa” recalca. “Si no contamos con los conocimientos necesarios, poco podemos aportar (..) Y te soy honesto, si sintiera que no estoy preparado o que no tengo nada que proponer o aportar, no iría a Alemania”.

Además, está convencido de que “la suerte lo ha acompañado” en su caminar profesional, rodeándose de gente “que me ha apoyado, guiado y que ha confiado en mí. Y eso es lo que trato de hacer con las nuevas generaciones”.

 La creatividad ayer y hoy

Si hoy pensar en la integración entre ciencias básicas y creatividad, procesos creativos, robótica e inteligencia artificial puede parecer lejano, “imagina como era hace 30 años. En el colegio me gustaba la electrónica, los procesos de negocios y la creatividad. Desde esa época tenía interés por los aportes de lo interdisciplinario. Recuerdo cuando le dije a mi papá que quería estudiar este mundo. Me miró y me dijo ‘estudia lo que te haga feliz’. Siento que he aportado al mundo de la creatividad, moviendo fronteras, y todos los días sigo trabajando en ello”.

Y agrega: “El pensamiento de Diseño puede ser visto como un vehículo para la innovación, pero también un articulador entre negocios, tecnología e innovación para afrontar los nuevos desafíos.”

¿De ahí su conexión cercana con los estudiantes de la Escuela? “Y no sólo de la Escuela, sino que, de cualquier carrera, de cualquier ámbito. Así como tuve la oportunidad de aprender de muchas personas que me guiaron, orientaron y me dieron la mano, lo mismo debemos hacer con las generaciones más jóvenes. Como hemos aprendido con el tiempo, para educar hay que saber, y para formar hay que ser, y creo que en eso debemos contribuir todos”.

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