Estudiantes capacitaron a recolectoras de caleta Rumena para reconvertir sus procesos productivos

Mujeres de la caleta Rumena obtuvieron herramientas para potenciar los productos locales en base a algas, además de mejorar aspectos nutricionales en la elaboración de alimentos y productos dermocosméticos de origen natural.

A 40 kilómetros al oeste de Arauco, en la Región del Biobío, se encuentra caleta Rumena, donde viven unas 100 familias y hay tres organizaciones que fomentan la producción local. En esta pequeña comunidad, la labor de recolección de algas y mariscos aportan considerablemente al desarrollo local. De hecho, el 48% de su actividad económica se sustenta en la recolección de algas, como el cochayuyo y la luga cucara, mientras que el 20% está relacionada al buceo y la extracción de locos y erizos.

 

De ahí que Ester del Carmen Fonseca, presidenta del Sindicato de Trabajadoras Independientes Recolectoras de Orilla y Actividades Anexas, junto a otras organizaciones sociales del Biobío se acercaron a un grupo de académicos e investigadores de la Universidad San Sebastián para desarrollar un proyecto co-construido que les permitiera obtener herramientas para potenciar el conocimiento, perfeccionar los procesos de recolección y aprender nuevas técnicas para agregar valor al recurso de las algas.

 

Ese fue el origen del Proyecto Colaborativo de Vinculación con el MedioDesarrollo Sustentable de productos derivado de algas realizado por recolectores de caleta Rumena, que se planteó como objetivo contribuir a mejorar la calidad de vida de las recolectoras de orilla de la caleta, mediante la potenciación de habilidades técnicas en el desarrollo y fabricación de productos derivados de algas.

 

Es así como a través de asesorías, talleres y capacitaciones que impartieron más de 130 estudiantes de las carreras de Ingeniería Civil en Minas, Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental, Medicina, Nutrición y Dietética y Química y Farmacia, se contribuyó a fortalecer no solo el ámbito laboral, sino también el bienestar de la comunidad, ya que se potenciaron los productos en base a algas del lugar y la elaboración de productos naturales dermocosméticos amigables con el medioambiente.

 

La iniciativa multidisciplinaria, coordinada por la Facultad de Medicina y Ciencia en la sede Concepción y liderada por la académica de la carrera de Química y Farmacia, Eileen Castillo, benefició a 27 recolectoras de orilla y actividades anexas agrupadas en el Sindicato.

 

Bidireccionalidad: aprendizaje y trabajo colaborativo en Rumena

El impacto, en concreto, se evidenció en aumentar el conocimiento en cuanto a la elaboración de productos dermocosméticos en base a algas, lo que permitió que los pudieran hacer de manera más eficiente y con un grado de calidad mayor, dando un paso más para transformarse de recolectoras a productoras. “Este proyecto contribuyó mucho a la comunidad, porque sacó a mujeres de su zona de confort. Muchas de ellas no tienen completa la escolaridad y la Universidad las llevó a sus aulas, donde se capacitaron y compartieron sus experiencias”, destacó Fonseca.

 

Agregó que “poder compartir el trabajo que realizamos como recolectoras y explicar la ruta que hacemos a la orilla de la caleta cuando extraemos los recursos, tanto a los estudiantes como a los profesores, hizo que pudiéramos mostrar nuestra actividad y visibilizarnos a nosotras mismas”.

 

Enzo Pagueguy, estudiante de Nutrición y Dietética, destacó la importancia que tuvo este proyecto en su formación profesional. “Me hizo desarrollar el área interpersonal, porque interactuar con las personas de Rumena me ayudó a aplicarlo en otras áreas de formación; también me abrió un campo en materia de innovación y pude aplicar más ideas para seguir haciendo vinculación con la comunidad. Siento que esta experiencia me aportó aptitudes, conocimientos y circunstancias para afrontar nuevos desafíos”.

 

Por su parte, la académica Eileen Castillo explicó que “estos proyectos permiten a nuestros futuros profesionales enfrentarlos a las diferentes realidades sociales y culturales con las cuales se pueden encontrar en el diario vivir y, a su vez, darse cuenta de que con los conocimientos adquiridos propios de su profesión, son capaces de contribuir para generar un cambio, solucionar problemas y planificar mejoras y proyectos a futuro”.

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