¿Cómo se alimentan los jóvenes?

Un estudio aplicado a más de 5 mil jóvenes universitarios de Latinoamérica reconoció que el 84% no cumple con las recomendaciones nutricionales de la OMS en cuanto a la ingesta de alimentos. Quienes llevan una dieta basada en vegetales son los que mejor cumplen con los requerimientos.

alimentacion jovenesLa etapa universitaria se caracteriza por ser un proceso de transición hacia la edad adulta, que conlleva un aumento de independencia, autonomía y responsabilidad. En esta etapa se toman decisiones autónomas sobre el “qué, dónde, cuándo y cómo comer” y es crucial para establecer comportamientos y hábitos de salud para toda la vida.

En ese contexto, investigadores de 10 países de América Latina realizaron un estudio con el objetivo de conocer mejor los hábitos alimentarios de los universitarios, dando como resultado que el 84% de ellos no cumple las recomendaciones nutricionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su ingesta de alimentos.

La evaluación se realizó a través de una encuesta online aplicada a más de 5 mil jóvenes de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay y Perú, en la que ellos mismos declaraban el tipo de dieta que llevaban. El 74% señaló seguir una dieta balanceada (consumiendo de todos los grupos de alimentos); un 11% indicó tener una dieta occidental (alta en grasas saturadas, carbohidratos, sodio y azúcares), y un 9%, una dieta basada en plantas (vegetariana o vegana), mientras que el 6% dijo seguir otras dietas.

Pero más allá de lo declarado, al preguntárseles sobre la composición y frecuencia de consumo de ciertos alimentos, los resultados son preocupantes: 8 de cada 10 jóvenes no cumplen con las recomendaciones mínimas en cuanto a la ingesta de frutas y verduras, pescados y legumbres, asegura el Dr. Samuel Durán, director del Magíster en Nutrición en Salud Pública de la Universidad San Sebastián, uno de los líderes del estudio.

“Puede ser que mucha gente diga que come fruta, pescados o legumbres, pero lo hace de forma ocasional, no están cumpliendo las metas requeridas”, asegura Durán y aclara que los mínimos establecidos son: 3 frutas al día y 2 porciones de verduras al día, en el caso de pescados y legumbres, al menos 2 veces a la semana.

Alimentación basada en plantas

Dentro de este escenario en que todos los grupos alcanzaron una alimentación deficiente, los jóvenes con dietas basadas en plantas (vegetarianos y veganos) demostraron tener una mayor ingesta de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, además de comer menos comida rápida, frituras y bebidas que los demás encuestados. Dentro de este grupo, los veganos obtuvieron los mejores puntajes.

“Quienes siguen esta alimentación basada en plantas son grupos que están emergiendo con fuerza dentro de las universidades, no solo por un tema de moda, sino que está asociado a la sostenibilidad y a la vida saludable, y en el caso de los estudiantes veganos, también es algo filosófico”, dice el académico, y señala que en general, quienes están interesados en este estilo de vida, también tienden a hacer más ejercicio y tener menos hábitos nocivos”.

Sin embargo, advierte que la industria ha encontrado aquí un nuevo nicho y cada vez hay más productos pensados para ellos: “envasados y ultraprocesados altos en sodio, en grasas y azúcares, que si bien no son de origen animal, pueden poner en riesgo todos estos patrones saludables adquiridos”, dice Durán.

 Consecuencias de los malos hábitos alimenticios

“Debido a sus horarios complejos, los universitarios tienden a saltarse comidas, aumentar el consumo de comida rápidas, snack dulces y otros productos sin valor nutricional”, dice Durán. Destaca que la mayoría de los estudiantes consultados consume un exceso de sal añadida, bebidas azucaradas, frituras y comida rápida, lo que es consecuente con estudios anteriores, que han demostrado que los jóvenes comen mal, se saltan comidas y consumen un exceso de alcohol y tabaco.

Pese a que el tipo de dieta no siempre está asociado al estado nutricional, es importante señalar que llevar este tipo de alimentación de forma prolongada, en especial la dieta de tipo occidental, puede traer consecuencias a mediano plazo, como un incremento del riesgo de obesidad y enfermedades asociadas; dislipidemia, diabetes, hipertensión y algunos tipos de cáncer.

Por otra parte, una dieta vegetariana y vegana que no es supervisada por un nutricionista podría conllevar insuficiencia de hierro y otros nutrientes como vitamina B12 y yodo, lo que puede producir un menor rendimiento académico y estar asociado a problemas neurológicos. Por eso, Durán aconseja realizarse exámenes preventivos y acudir al nutricionista para mejorar los hábitos y, suplementarse con vitaminas y minerales necesarios.

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