Carlos Maillet, académico de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño, aborda en su columna la vida y obra de Josué Smith Solar, destacado y prolífico arquitecto de nuestra historia.
Josué Smith Solar fue de los arquitectos chilenos más prolíficos y seguramente, más completos de nuestra historia. No sólo porque completó el gran proyecto de Joaquín Toesca para el Palacio de La Moneda con la ampliación y nueva fachada hacia el lado sur (Alameda) ocurrida hacia los años 30, completando parte del plan maestro de Karl Brunner.
Si uno camina por el Barrio República, puede apreciar varias casas diseñadas por él, dando el tono a todo un barrio de casas notables, que hoy albergan universidades y fundaciones en espacios realmente impresionantes.
Comienza a diseñar grandes edificios familiares en distintos balnearios del litoral central donde destacan sus intervenciones en Viña del Mar, Las Cruces, Zapallar, Cartagena y Papudo entre otros. Pero fue en este último, donde logra impregnar con mayor fuerza su estilo y carácter, con tres simbólicos edificios: Casa Ortúzar, Gran Hotel Papudo y el Chalet Recart, único que aún sigue en pie.
Por cierto, con encargos donde Smith Solar desplegaba todos sus conocimientos eclécticos, pero que reseñaban lo que podemos decir el espíritu del “Arts and Drafts”. No porque empapelara los muros en textiles floreados, sino que ofrecía en el proyecto de arquitectura una minuciosidad casi artesanal al momento de seleccionar las maderas, los detalles constructivos, verificar el plomo de los revoques o de medir la altura de sus escaleras, ventanas, alféizares , dinteles, persianas de madera noble, etc. Un artesano de la Arquitectura.
Su obra más especial fue la de República 550, la casa donde vivió. Esa casa en el fondo del terreno tenía una bodega donde arreglaba el auto, también era aficionado a la mecánica y perfeccionaba estos “nuevos” elementos del diseño industrial con sus propias manos. Sus hijos también tenían una destreza natural al dibujo, jugaban entre ellos a hacerse caricaturas entre sí. De hecho, los forjados de las ventanas fueron concebidos por los bosquejos de sus hijos en varios de sus proyectos.
Uno de sus hijos, fue un eximio cultor del gusano de la seda, gusano que se criaba en el árbol que está plantado en la esquina de esa casona en Republica y que, de esa manera, fomentaban el afán de ser inventores, descubrir y entender la naturaleza.
Josué Smith Solar nace en 1867 en el entorno rural de Chillán, cuna de grandes artistas nacionales como Violeta Parra, Gonzalo Rojas, Claudio Arrau, y tantos otros. Su padre, Silas Baldwin Smith, era de origen estadounidense y su madre era chilena, Leonor Solar Ojeda. Poco tiempo después, su padre muere cuando él era apenas un niño y se ven obligados a trasladarse a vivir a la capital.
Ya para 1893 y con una vida profesional en ascenso, se casa con Cecilia Miller y con ella decide formar una nueva vida en Chile. En 1894 establece una oficina en la calle Moneda, en pleno centro de Santiago. Su participación como columnista en el diario “El Ferrocarril” le da cierta tribuna que lo posiciona rápidamente como un ingeniero y arquitecto reconocido.
En Chile comienza con algunos trabajos en Chillán, pero es con el loteo de la Quinta Meiggs en Santiago cuando corona su primer gran proyecto. Este se caracteriza por romper la cuadra llena y otorgarle a la ciudad conceptos europeos de la ciudad jardín, aspecto que replicó en otros proyectos en el crecimiento de Santiago hacia Providencia, Ñuñoa y Macul.
Josué Smith era versátil, tanto así que pasó por numerosos estilos arquitectónicos como el Tudor, Victoriano, Neogótico, Gótico, Neoclásico pasando por el Art Nouveau, entre otros.
Estos estilos se impregnaron por todo Santiago y regiones donde destacan importantísimos edificios como el Club Hípico de Santiago (1923), la Universidad Técnica Federico Santa María (1931), Hotel Carrera de Santiago, remodelación fachada sur del Palacio de La Moneda, el Ministerio de Hacienda, ex Colegio Santiago College (USS) de Providencia, Portal Fernández Concha, Puente del Arzobispo, remodelación del Museo de Historia Natural de la Quinta Normal, fachada de la Basílica del Salvador y su casa en Avenida República 550, entre muchos otros.
El legado denominado informalmente como “Todo tiempo pasado fue mejor”, sigue firme y es referente de perfección, pulcritud y prestancia. En el próximo Día de los Patrimonios, se podrá visitar su edificio de Avenida Los Leones, sede de la Universidad San Sebastián, ex Santiago College, abierto a todo público y gratuito donde revisaremos parte de su obra inconmensurable para el patrimonio nacional.
Carlos Maillet Aránguiz
Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño
Universidad San Sebastián
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