
Simulación de alta fidelidad, modelos interprofesionales e integración tecnológica, son solo algunas de las características que destacan a países como Estados Unidos, Canadá y Australia en materia de simulación avanzada, espacios donde estudiantes y profesionales de diversas áreas de la salud trabajan juntos para mejorar la calidad y seguridad de la atención al paciente.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente uno de cada 10 pacientes sufre daños durante la atención médica, además, se estima que más de tres millones de muertes ocurren anualmente debido a una atención insegura. Este problema ha impulsado a los países a implementar medidas concretas para mejorar la seguridad del paciente y fortalecer la calidad en la formación de sus profesionales de la salud.
Precisamente este es uno de los objetivos del Centro de Simulación Avanzada, Innovación y Seguridad del Paciente LINK USS, que abrirá en el campus Bellavista de la Universidad San Sebastián el 17 de julio de 2025, y que viene a transformar la formación de los profesionales de la salud al disponer de la más avanzada tecnología en el área y convertirse en un referente para los países de América Latina.
Harvard Center for Medical Simulation: Fundado en 1993, fue uno de los primeros centros de simulación de atención médica del mundo, y se ha mantenido como líder mundial en la materia. Se caracteriza principalmente por sus escenarios de alta fidelidad que simulan situaciones reales de gestión de crisis.
Destaca por ofrecer talleres de simulación para instructores, enfocado en líderes en simulación, educadores e investigadores. Según sus propias definiciones, explican que “nos centramos en la comunicación, la colaboración y la gestión de crisis para desarrollar habilidades y comportamientos de trabajo en equipo que se aprenden mejor de forma activa en situaciones reales”.
Allan Waters Family Simulation Centre, University of Toronto: Destaca por su enfoque en la simulación interprofesional, llegando a carreras que no necesariamente están ligadas directamente al área de la salud.
Christiane Leger, educadora de simulación del Allan Waters Family Simulation Centre, de a U. de Toronto indica que “muchas personas utilizan nuestro centro, desde orientación de enfermería hasta dietistas, médicos de planta y residentes, terapeutas respiratorios, trabajadores sociales o trabajadores de atención espiritual que quizás simplemente quieran simular un escenario en el que tengan que dar malas noticias a la familia de un paciente”.
Monash Simulation, Monash University: Tanto este centro, como el resto en Australia, destaca por un enfoque descentralizado, contando con una red nacional de universidades, hospitales y entidades públicas que emplean simulación en atención rural y salud comunitaria, impulsando la simulación hasta en las regiones más apartadas, para cubrir todo el territorio nacional.
En esta línea, el Monash Simulation en Australia destaca por la simulación móvil en áreas rurales y remotas, “nos comprometemos a crear un entorno seguro y acogedor que abarque todos los orígenes, culturas, capacidades”, aseguran.
De los juguetes a la simulación
El origen de la simulación clínica moderna se remonta al trabajo de Åsmund S. Lærdal, un noruego fabricante de libros infantiles y juguetes de alta calidad para niños. Un día, uno de sus hijos, Tore, sufrió un ahogamiento en el agua. Si bien el menor se salvó de este accidente, esta escena fue el argumento que años después convirtió a Åsmund en uno de los precursores de la simulación en salud.
Por una solicitud de la Defensa Civil Noruega, la empresa de Åsmund recibió el encargo de desarrollar heridas simuladas con fines de formación y entrenamiento en salud.
Durante ese proceso, llegó a conectar con un grupo de médicos e ingenieros de Baltimore que estudiaba la técnica de la respiración boca a boca, lo que llamó la atención de Åsmund. Entre prueba y prueba, se convenció de que un maniquí de tamaño natural tendría mayor potencial para simular de manera real estos escenarios, creando el prototipo Resusci Anne, uno de los simuladores más emblemáticos en la historia de la medicina, presentado en 1960.
Desde entonces, el escenario de la simulación no ha hecho más que innovar y encontrar soluciones y herramientas tecnológicas para trabajar en la seguridad del paciente, formando a profesionales capacitados para los desafíos del actual sistema de salud.