Portabilidad financiera: ¿Cuándo es conveniente?

En caso de buscar refinanciamiento de créditos, antes de decidirse por la portabilidad financiera es necesario considerar aspectos como el nivel de ingresos, contexto económico y comportamiento de pago. Esto influirá en las opciones de obtener mejores condiciones en una nueva institución.

es-conveniente-portabilidad-financieraLa ley sobre portabilidad financiera, vigente desde septiembre de 2020, permite que las personas que tienen productos en entidades como bancos, cajas de compensación o compañías de seguros; puedan solicitar el cambio de institución para acceder a mejores condiciones. El modelo es similar a lo logrado con la portabilidad numérica aplicada a la telefonía móvil.

Es posible migrar cuenta vista, cuenta corriente, línea de crédito, tarjeta de débito y crédito, además de créditos como los hipotecarios, automotrices o de consumo. Depósitos a plazo y fondos mutuos no caen dentro de estas características, ya que son productos de ahorro.

¿Qué analizar antes de acceder a esta alternativa?

José Patricio Uribe, docente de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, explica que antes de optar por ella lo primero es tener claro el motivo del cambio. “Si es porque la actual entidad no nos gusta, el paso es cotizar otra. En el caso de bancos, fijarnos en costos de mantención, tarjetas, cupos, puntos de atención, entre otros. Si es por el refinanciamiento de uno o más créditos, hay varios aspectos que afectarán en la posibilidad de obtener mejores condiciones que las actuales”.

El académico USS comenta que, en primer lugar, se debe considerar el nivel de ingresos. Da una ventaja que los montos recibidos cuando obtuvimos el o los créditos sean menores que los actuales, ya que, a la hora de prestar dinero, para las instituciones financieras una de las cosas más importantes es la actual renta, así como la fuente de esta. Una persona con contrato, que recibe un sueldo fijo, es evaluada como un cliente más estable en comparación con alguien que emite boletas de honorarios.

Otro aspecto relevante es el contexto económico. “No es lo mismo haber postulado a un crédito hace un año que ahora. Entre finales de 2020 y mitad de 2021 las tasas estuvieron en mínimos históricos, pero ahora las tasas están en máximo de 12 años producto de la inflación, por lo que puede que no sea el mejor momento para pedir un crédito o cambiarse”, detalla.

¿Cuál es el procedimiento para optar a la portabilidad financiera?

En el caso de la modalidad estándar, aplicable para productos financieros en general, se debe pedir un certificado de liquidación a su institución bancaria, el cual contendrá toda la información de sus productos, junto con tasa, comisiones aplicables y el valor que debe desembolsar para prepagar cada uno de sus compromisos.

Con esto el nuevo banco verá las características de los créditos y definirá si es posible ofrecer mejores condiciones, información con la que el cliente puede decidir si hace el cambio. Si lo hace, es la nueva institución financiera la que llevará a cabo el proceso de migración.

Para la modalidad con subrogación; válida para créditos con garantía real sobre bienes, como créditos hipotecarios y automotrices; se agregan otros pasos, por ejemplo, que la garantía (hipoteca en el caso de un crédito hipotecario) pasa automáticamente a garantizar el nuevo crédito.

Uribe recalca que, pese a la existencia de esta alternativa, cada caso es diferente y es primordial analizar la realidad de cada uno. “Si no mejoran las expectativas de ingreso o no se tiene un comportamiento de consumo responsable, no es la mejor solución. Por el contrario, una persona estable económicamente y que es percibido como buen pagador, no tendrá problema con la portabilidad financiera”, puntualiza.

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