“Emergencia del lenguaje verbal en el niño pequeño” es el nombre de la actividad, de dos días de duración, que realizó la destacada profesional en el Campus Las Tres Pascualas.
La doctora Amanda Céspedes, quien es directora del Instituto de Neurociencias Aplicadas a la Educación y a la Salud Mental del Escolar, se reunió con profesionales de diferentes disciplinas en el Auditorio Marta Montory de la Universidad San Sebastián Concepción. Entre esos profesionales se contó a educadores de diversas organizaciones y egresados de la casa de estudios superiores convocante.
Durante mucho tiempo se pensó que la emergencia del lenguaje dependía de la maduración del hemisferio izquierdo, lo que ocurre alrededor del año de edad. La destacada neuropsiquiatra infantil manifestó que hoy se sabe que este proceso comienza tres meses antes de nacer.
La especialista recalcó la relevancia que tienen los primeros cinco años de vida del niño en su desarrollo posterior. “Hasta los cinco años de edad, los niños poseen tres veces más de potencialidad sináptica, pues tienen una población neuronal tres veces mayor que la que tienen al finalizar el proceso neuromadurativo”.
Es así que, explicó la experta, las primeras redes que se forman en esta etapa son indelebles. En su conferencia ejemplificó que una anciana podría no reconocer a su familia, pero no olvidará los poemas y canciones que aprendió en sus primeros años de vida. “Mientras más pequeño es el niño más indeleble es lo que va a aprender y tanto más grande es más fácil que lo vaya a olvidar”. En ese sentido, recalcó la gran responsabilidad que tienen padres y educadores e hizo un llamado a evitar la prematura escolarización del niño pequeño.
Relevancia del hemisferio derecho
La experta también se refirió a la relevancia que tiene en este proceso el hemisferio derecho, que se relaciona con la capacidad de percibir con todos los sentidos, incorporar la experiencia, integrarla, recrearla, transformarla y apropiarse del mundo.
“Para el hemisferio derecho todo es posible, no hay límites, y eso es clave también cuando estamos trabajando el lenguaje con el niño pequeño”. De este sector del cerebro también depende la capacidad de autorregulación. “El niño antes de cumplir cinco años puede modular su temperamento, puede modular sus emociones negativas como la ira, la rabia, el miedo, la pena, la frustración”.
“Un elemento clave para la autorregulación es la fantasía; los niños más fantasiosos son los que escuchan cuentos, que sirven no sólo para desarrollar el lenguaje, sino también en la capacidad de autorregulación”, sostuvo la conferencista. También indicó que otro elemento relevante relacionado con el hemisferio derecho es el movimiento, sobre todo acompañado de ritmo. “Mientras más se mueva el niño, mejor será el desarrollo del lenguaje, mejor la comprensión de lectura”.
El seminario incluyó también la participación de la fonoaudióloga Verónica Pesse, quien expuso diversos temas como “¿El lenguaje se aprende? ¿Cómo aprenden a hablar los niños?”, “Lenguaje oral como vía de expresión de emociones”, “TEL y sus principales características”, entre otros.