De tutora escolar a futura abogada especializada en derecho de familia

Fue distinguida dentro de 100 académicos y estudiantes USS por su contribución durante la pandemia. Pero el aporte de esta futura abogada no se limita sólo a este hecho. Desde muy pequeña, ya en el Instituto Miguel León Prado, que viene desarrollando su vocación social. 

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María Monla Pino estudia Derecho. Pero su vocación por el servicio público la viene ejerciendo desde muy pequeña, tras participar en trabajos de voluntariado y colaborar en organizaciones que brindan ayuda social en ámbitos como la educación y la cultura. “Los grandes cambios se construyen con pequeños esfuerzos personales”, dice.

Mili -como la llaman sus amigos y familiares-, fue una de las personas distinguidas por la Universidad por su contribución durante la epidemia de COVID-19 y su historia fue una de las 20 recogidas en el libro “Líderes en Pandemia”.

En este período ella trabajó como tutora escolar gracias al programa “Conectado Aprendo”, red que sirvió de soporte y vinculó a niños y jóvenes de primero básico a cuarto medio con voluntarios que apoyaron su proceso de aprendizaje. En el caso de Mili, su alumno fue Bryan (de siete años), a quien acompañó durante un año, ayudándolo con los contenidos de matemáticas.

“Partimos las clases en marzo, al principio no fue fácil, pero luego nos adaptamos. Con los días, él esperaba feliz las clases. El objetivo aparte de enseñarle, era sacarlo un poco del tema de la pandemia. No poder ir al colegio, ni ver a sus compañeros, le había afectado emocionalmente. Por eso con Bryan hablamos también de otros temas que le interesaban y todos los días, además, tenía 10 minutos al final de la clase para realizar cosas que le gustaran, como manualidades”, relata la joven.

La experiencia de haber trabajado en Conectado Aprendo le permitió abrir nuevos horizontes. “Me gusta sentir que lo que hago contribuye. En este caso, a que los niños tengan la oportunidad de mejorar su aprendizaje, de manera que la distancia o el contexto de pandemia no sean un impedimento para acceder a una educación de calidad”.

Sobre su futuro

Si bien a la estudiante de cuarto año aún le queda tiempo para egresar, sí tiene claro que una de sus áreas de interés es el derecho de familia. “Me imagino colaborando en una fundación o haciendo otras cosas en beneficio de las personas, especialmente de niños y niñas y sus familias (…) Está bien que uno quiera trabajar y ganar plata, pero para mí lo importante es dedicarme a algo que me gratifique. No me veo por ejemplo trabajando sólo en una oficina, sino haciendo varias cosas”.

La joven agrega que “elegí estudiar en la San Sebastián, porque además de lo académico, brinda una serie de actividades extracurriculares que complementan nuestra formación profesional y que nos enriquecen como persona”.

Mili también ha participado de la Federación de Estudiantes, desde dónde ha impulsado varias iniciativas a través de los Fondos Concursables de la Universidad.  “Siempre me ha gustado ayudar a mis compañeros y por eso entré a la Federación de Estudiantes, con el objetivo de poder llegar a más personas, a otras carreras y a toda la universidad. Desde este cargo puedo decirle a la gente “puedes contar conmigo”, porque estoy aquí para hacer la “pega”. Me gusta ser cercana y estar disponible para quienes puedan necesitar mi ayuda y el proyecto “Juntos nos cuidamos” es una prueba de eso”.

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