Yericcia Díaz: Al mando de la urgencia del Hospital de Alto Hospicio

La iquiqueña de 34 años, se desempeña como jefe del Servicio de Urgencia del Hospital de Alto Hospicio y es uno de los 35 especialistas en Medicina de Urgencia que se tituló recientemente en la Universidad San Sebastián.

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Con voz dulce y pausada, Yericcia Díaz, se toma el tiempo para contar con orgullo que es la primera profesional de su familia, oriunda de Iquique y compuesta por sus padres y un hermano. “Ser urgencióloga es de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida”.

“Una cosa muy importante que aprendí en la beca es que jamás podemos minimizar el dolor o motivo de consulta de un paciente. Se lo repito a todos en el equipo. Nadie quiere ir a la urgencia a las 3:00 de la mañana porque le duele algo, entonces tengamos empatía y amor porque para eso estamos aquí”, dice.

La profesional comenta que siendo residente del Hospital Ernesto Torres Galdames en Iquique, quería especializarse en ginecología. Sin embargo, cuando le tocó hacer un turno de urgencia su destino cambió. “La urgenciología son los primeros 5 minutos más importantes de cada especialidad. Y por cosas de la vida me cambiaron un turno de ginecología a urgencia y me empecé a dar cuenta que mi hospital, el único de la región, tenía una falencia enorme en cuanto al conocimiento y manejo de las emergencias y que había pocos médicos y casi ningún especialista”, cuenta.

Para ese entonces era el año 2016. Este interés la llevó a investigar y conocer especialistas que estudiaron en la Universidad San Sebastián (USS) y se decidió: Postuló a las becas del Ministerio de Salud, para Medicina de Urgencia y fue así como se instaló en Santiago (2019).

 Crisis migratoria y dos pandemias

La especialista USS indica que aun cuando el Hospital de Alto Hospicio, pronto a inaugurarse, es una respuesta a las necesidades de la zona, seguirá estando al debe en cuanto a capacidad, porque en la etapa de diseño del recinto asistencial no se podía prever la crisis migratoria y el impacto que eso tendría en la región.

Nos enfrentamos a dos pandemias importantes. La primera es la violencia que hace cuatro años no se veía. Hoy recibimos a diario una persona herida por arma de fuego, muchos homicidios y personas heridas con arma blanca. La segunda pandemia, son las personas con enfermedades crónicas cardiovasculares que llegan sin tratamientos ni prevención. Recibimos muchas personas infartadas, en total desconocimiento de sus enfermedades crónicas o sin acceso a los medicamentos porque viven en campamentos”, explica.

Efectivamente en los faldeos de Alto Hospicio se han instalado los campamentos más grandes de Chile, La Mula con 5 mil habitantes y La Pampa con 16 mil personas, lo que se traduce en 3 mil familias adicionales instaladas en esa zona entre 2020 y 2022.

Dolor ajeno

El programa de Medicina de Urgencia de la U. San Sebastián, lo cursó entre los campos clínicos del Hospital San Juan de Dios y la Clínica Santa María. “Siempre he estado enamorada del sistema público, y es el lugar donde tenemos que estar si es que queremos hacer cambios”, sostiene con una vocación que tiene marcada a fuego.

Un urgenciólogo es un buen líder, maneja los flujos de ingreso al servicio de urgencia del hospital, sabe todo lo que pasa , aunque no sean tus pacientes, aunque haya seis médicos más trabajando, uno sabe qué pasa”, y respecto al dolor ajeno diceme afecta un montón. Pensé que el sistema de turnos era perfecto, porque uno entrega el turno y se olvida, pero no. Recibes turnos a las 8 de la mañana, tu colega se va, descansa, pero a las 13 horas te llama y pregunta qué pasó con la paciente del  box 3, la señora del 2. Podemos estar 12 horas dándolo todo con un paciente que finalmente termina falleciendo, y no se puede hacer vista gorda. No sólo me pasa a mí, tengo la fortuna de trabajar con un equipo que está muy preocupado por sus pacientes”, dice.

Yericcia termina con un mensaje a las jóvenes que quieren estudiar medicina: “Que se atrevan, que ser urgencióloga es de las mejores cosas que le pueden pasar en la vida y que no sólo hay que tener los conocimientos, dominar las técnicas, sino que también tener claro que cuando tocamos a otro ser humano, tenemos que ser otro ser humano también”.

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