Taxidermia: inmortalizando la anatomía animal

Partió como auxiliar de limpieza en la Facultad de Ciencias de la Naturaleza, y con el tiempo se fue especializando en la ciencia y arte de la taxidermia. Trabajo que facilita la conservación y estudio de la anatomía y fisiología de los animales, que son utilizados en las clases de estudiantes USS. Conoce aquí la historia de Roberto Abarzúa.

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Roberto Abarzúa actualmente es auxiliar encargado de la taxidermia en el laboratorio de anatomía de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza en la sede Concepción.  Se trata de un oficio arduo y delicado, una mezcla de arte y ciencia y que permite el estudio más cercano de la anatomía y fisiología animal a las futuras generaciones de médicos veterinarios USS.

Sin embargo, su historia dentro de la Universidad no comenzó en esta área. “Inicialmente llegué más que nada a preocuparme de la limpieza y que todas las cosas estuvieran en orden (…) Un profesor con el que trabajábamos, que necesitaba material para sus clases, me fue enseñando cómo hacerlo. Después otros docentes empezaron a ver que hacía cosas interesantes y comenzaron a traerme libros para aprender las técnicas de taxidermia. Al final fui encontrando mi propia técnica, es algo que me gusta mucho”.

Apoyado por el cuerpo docente de la Facultad, Roberto comenzó con sus primeros trabajos de taxidermia el 2014. “Yo no tuve la oportunidad de estudiar, por problemas más que nada económicos, así que apenas vi esta oportunidad de aprender, me gustó. Uno siempre quiere aprender algo nuevo, además ahora soy el orgullo de mis hijos (una de ellas es egresada de Pedagogía en Educación Física USS), les muestro mi trabajo y quedan fascinados”, comenta.

Agrega, “esta Universidad tiene un prestigio, y yo quiero aportar con mi granito de arena a que sea más grande”, dice.

El proceso de la taxidermia

Gracias a los convenios de trabajo colaborativo entre la Facultad de Ciencias de la Naturaleza, el SAG y SERNAPESCA, algunos animales que no logran sobrevivir a sus lesiones o enfermedades son donados para realizar la taxidermia. Se trata de un trabajo que se realiza con respeto y utilizando todas las tecnologías disponibles para una buena conservación.

“Todos los animales que llegan lo hacen con su ficha que indica de dónde provienen y en qué condiciones, está todo el historial y los permisos correspondientes”. Roberto hace énfasis en que se trabaja exclusivamente con animales ya sin vida. “Nuestro propósito no es eliminar la fauna silvestre o animales domésticos para hacer esto, no. Todas son donaciones o animales que no sobrevivieron”.

También destaca el interés de los mismos estudiantes por aprender sobre taxidermia, quienes lo ven como un referente en la Escuela. “Trabajando junto con la doctora Analía Henríquez le pasamos material a los estudiantes para que realicen todo el proceso, donde los voy guiando paso a paso”, comenta.

Sobre sus trabajos señala “me gustan todos. Todos tienen algo de mí. Pero podría ser el esqueleto de un caballo, que fue el primer animal grande que hice o la tortuga verde, que fue el primer animal que embalsamé”, relata.

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