En medio de un entorno privilegiado condujeron tours ecológicos y coordinaron excursiones fluviales. Natalia Chávez y Javiera Giglio, terminaron su cuarto año de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo en Panamá.
Como parte de su compromiso con la formación global y la internacionalización académica, la Universidad San Sebastián llevó a cabo la tercera edición de su programa de movilidad profesional internacional, permitiendo que estudiantes de IGEE desarrollen sus competencias en un entorno de biodiversidad privilegiado, en el Gamboa Rainforest Resort de Panamá. La iniciativa, impulsada por la Dirección de Asuntos Internacionales y la Facultad de Ciencias de la Naturaleza, en alianza con el hotel panameño, ofreció una experiencia de aprendizaje inmersiva en uno de los destinos más emblemáticos de Centroamérica.
“Este tipo de experiencias internacionales permite a nuestros estudiantes desarrollar competencias profesionales con un enfoque global”, destacó Ana Luz Durán, directora ejecutiva de Asuntos Internacionales de la USS. “La exposición a metodologías y estándares internacionales amplía significativamente su visión profesional y sus oportunidades futuras”.
Eduardo Katz, director de la Escuela de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo, destaca que “las prácticas en la industria son fundamentales en la formación de nuestros estudiantes, ya que les permiten adquirir experiencia en diversos destinos, especialmente cuando estas se realizan en el extranjero. En este caso, su participación ha sido clave en la implementación de mejoras y en el diseño de experiencias turísticas para público de distintas nacionalidades, lo que sin duda ha potenciado su desarrollo profesional”.
Ubicado a 26 kilómetros de Ciudad de Panamá, el Gamboa Rainforest Resort se encuentra dentro de las 22.000 hectáreas del Parque Nacional Soberanía, un ecosistema de selva tropical atravesado por el río Chagres y parte del corredor biológico del Canal de Panamá. Este escenario no solo ofrece contacto directo con la naturaleza, sino que también representa una plataforma ideal para la aplicación de conocimientos en ecoturismo y hotelería sustentable.
Durante su estadía, luego de finalizado su cuarto año de estudios, las estudiantes participaron activamente en diversas áreas operativas, como atención al cliente, gestión hotelera, conducción de tours ecológicos y coordinación de excursiones fluviales, además de colaborar en los servicios gastronómicos y de hospitalidad.
Para Natalia Chávez, esta práctica fue una oportunidad única para poner en práctica sus conocimientos y crecer en el ámbito profesional. “Fue una experiencia inolvidable que me permitió crecer tanto a nivel profesional como personal. Tuve la oportunidad de aprender de otras culturas y conocer de cerca el funcionamiento de la hotelería en un destino turístico único. Estoy muy agradecida por haber conocido y trabajado con personas maravillosas, acogedoras y profesionales, quienes me reafirmaron que el factor humano es clave para el éxito”, comentó.
Por su parte, Javiera Giglio destacó el impacto transformador de la experiencia. “Antes de postular, tenía muchas dudas sobre si debía aceptar la beca, especialmente por el desafío de realizar la práctica fuera de Chile. Hoy, miro atrás y no podría estar más feliz con mi decisión. Panamá me permitió enfrentarme a un entorno laboral dinámico y multicultural, donde cada día traía un nuevo aprendizaje”, señaló. Durante su tiempo en el resort, desempeñó labores como recepcionista, guía de tours y traductora, ampliando su comprensión del sector hotelero. “Estar en terreno es completamente distinto a la teoría. En la hotelería, cada jornada es única, con nuevos desafíos y oportunidades. Aprendí a resolver problemas en tiempo real, a interactuar con turistas de diferentes países y a desenvolverme en un ambiente profesional exigente”.
A nivel personal, destacó el crecimiento que implicó la experiencia. “Más allá de lo profesional, este viaje me hizo crecer como persona. Conocer nuevas culturas, adaptarme a un entorno desconocido y vivir lejos de casa me hizo más independiente y segura de mis capacidades. Sin duda, esta práctica marcó un antes y un después en mi vida”