Trabajos de Invierno: Más allá de la pala y el martillo
Estudiantes de la Universidad San Sebastián viajaron hasta la localidad de Contao, donde no sólo tuvieron la oportunidad de realizar acciones sociales para la comunidad. También fue una instancia de reflexión y desarrollo personal, en la cual crean lazos de amistad que, en algunos casos, duran para toda la vida.
Dicen que detrás de una buena obra, no sólo hay personas, sino también almas solidarias y comprometidas con quienes más lo necesitan. Por lo menos así lo intepreta el grupo de más de 30 jóvenes de la Universidad San Sebastián que viajó hasta la localidad rural de Contao, en la Región de Los Lagos, para participar de una nueva versión de los Trabajos de Invierno 2016.
Si bien, su principal labor es contribuir al desarrollo de la comunidad mediante la construcción de juegos infantiles, la reparación de una multicancha o incluso el pintado de rejas y/o fachadas, el objetivo de fondo va más allá de la pala y el martillo.
“Queremos que desarrollen valores, que sean profesionales capaces de percibir su entorno y asi contribuir al desarrollo de sus comunidades. Por lo mismo y, de acuerdo a la experiencia que tenemos, no nos cabe duda que ellos experimentan una madurez personal que los marca de manera positiva, lo que incide al momento de ejercer su labor profesional tras haber egresado de nuestras aulas. Estas experiencias también son y deben ser parte de la formación de los estudiantes”, explicó Francisco Muñoz, director de Asuntos Estudiantiles.
De México al Sur del Mundo
Lorena Serrano viajó desde la Universidad Autónoma Metropolitana del Distrito Federal de México para adquirir nuevas experiencias de formación. Precisamente, antes de culminar su pasantía en la carrera de Arquitectura de la U. San Sebastián quizo sumarse a los trabajos de invierno, actividad que calificó como fructífera y motivadora. “El ir y ayudar te da una motivación, de manera que quieres trabajar y hacer algo. Además estar con la gente te motiva a trabajar, sobre todo en equipo y saber que si alguien flaquea te empeñas en trabajar y apreciar lo que tus compañeros hacen y el cariño de la gente que nos iba a cocinar, también eso se aprecia mucho”, destacó la futura arquitecto.
En esta misma línea, su compañero Angello Igor cree que es importante que los jóvenes tengan estas instancias de contribución a la sociedad. Para él, ésta fue su segunda participación en los trabajos de invierno. La primera de ellas fue en Palena, el año pasado. “Quizás somos estudiantes, pero lo hacemos con cariño. Desde una pequeña banca que podamos hacer o los juegos infantiles que contruimos, la gente lo agradece. Y precisamente ese hecho de aportar, de poder hacer algo por otros, no tiene precio. Creo que son instancias súper positivas. Además no sólo te vas formando como profesional, sino también como persona, con valores que el día de mañana nos servirán para vivir en sociedad”, puntualizó.
Vecinos Agradecidos
Desde la Junta de Vecinos de Contao, Claudia Vargas, manifestó su agradecimiento con todo el equipo que aportó a la comunidad. Asimismo, valoró el compromiso de los estudiantes a quienes espera verlos en una nueva oportunidad. “Estamos muy agradecidos de los chiquillos. Hicieron un excelente trabajo. Quedamos todos contentos. Creo que éstas actividades permiten acercarse (a los estudiantes) a las comunidades apartadas y de escasos recursos como nosotros, porque es una gran ayuda para nuestro pueblo”, indicó la dirigente vecinal.
Por lo mismo, la estudiante Carolina Pérez reconoce que estas instancias permiten “conocer nuevas realidades y fortalecer las habilidades blandas, sobretodo mediante un trabajo que fue para las personas y para un sector que realmente lo necesitaba”, indicó la futura abogada.
En Contao, comuna de Hualaihué, los jóvenes construyeron juegos infantiles, pintaron una multicancha y crearon un muro de escalada para fomentar esta actividad deportiva. Además, tuvieron jornadas de liderazgo en la que no sólo adquirieron conocimientos, sino también valores importantes para la convivencia en grupo y el trabajo en equipo, actividades que muchas veces comenzaban con una pala o un martillo, pero que terminaban en un fraterno abrazo de amistad y compañerismo.