La comuna de Paillaco, en la región de Los Ríos, presenta un índice de pobreza cercano al 24%. Es también una zona con un alto porcentaje de población en edad avanzada y en estado de dependencia. En esta localidad vive José Oyarzún, vecino de 68 años que padece de artritis reumatoide severa, hernia en columna y artritis en cadera, situación que le imposibilita trasladarse con facilidad para seguir un tratamiento de rehabilitación.
Él es uno de los usuarios del Proyecto Colaborativo de Vinculación con el Medio Abordaje integral del deterioro cognitivo leve: una intervención multidisciplinaria a través de la telerehabilitación, que lidera la carrera de Kinesiología de la Universidad San Sebastián, sede Valdivia, con el objetivo de potenciar habilidades físicas, cognitivas y de autocuidado de las personas con diagnóstico médico de deterioro cognitivo leve (DCL) derivadas del Centro de Memoria de la comuna de Paillaco, mediante intervenciones multidisciplinarias realizadas por estudiantes de Kinesiología, Fonoaudiología y Nutrición y Dietética, a través de plataformas como Google Meet o WhatsApp.
“Nuestro objetivo es potenciar las habilidades físicas y cognitivas de los usuarios y mantener la funcionalidad en actividades básicas, instrumentales y avanzadas de la vida diaria. Para ello, se realizan sesiones sincrónicas y asincrónicas en las que entregamos cápsulas y pautas de educación que debe ejecutar cada usuario en su casa de forma autónoma, lo que busca desarrollar la capacidad de autogestión en salud”, explica Rommy Bartholomaus, académica de Kinesiología y líder de la iniciativa que tributa al Programa Territorial Hito Más Personas Mayores Activas.
En concreto, la carrera de Kinesiología está realizando actividades kinésicas consistentes en recomendaciones y ejercicios físicos para realizar en casa, mediante los que se busca mejorar la condición física y funcional de las personas mayores, potenciando la fuerza muscular, flexibilidad, equilibrio y coordinación. Fonoaudiología, en tanto, ha implementado actividades de estimulación cognitiva, cuyo objetivo es el desarrollo de habilidades neurocognitivas como atención, memoria, denominación y lenguaje. Por su parte, Nutrición y Dietética realiza una atención mensual con el objetivo de promover hábitos saludables y alimenticios.
“Estoy en este proyecto de telerehabilitación por invitación y derivación del Centro de Memoria. Llevo entre 4 y 6 meses y ciertamente me ha servido para mejorar mi estado de salud, lo que me ha permitido comenzar a hacer otras actividades. Nos entregan orientaciones y nos ayudan a aliviar malestares. En mi caso, tenía cero conocimientos en el uso de la tecnología, pero gracias a la ayuda y orientación de los estudiantes he logrado participar, adaptándome y con esfuerzo”, cuenta don José Walterio.
“Estamos muy contentos con los resultados de versiones de años anteriores. Con el objetivo de conocer la experiencia de los usuarios, estamos realizando un estudio de investigación cualitativa, centrado en la percepción de los pacientes que participaron en el proyecto durante 2022. Entre los resultados, nos pudimos dar cuenta de que todos los usuarios están satisfechos con su experiencia, ya que han logrado mejorar su capacidad funcional y, aunque en algunos casos había una ligera aprehensión al enfrentarse a un nuevo sistema de intervención, luego se adaptaron y se sintieron cómodos. Además, se advierte una valoración sobre los beneficios del entorno virtual, en términos de acceso a la atención en salud, reducción de costos y mayor seguridad al evitar los riesgos asociados con los desplazamientos, entre otros aspectos favorables”, puntualiza Bartholomaus.
La estudiante de 4º año de Kinesiología, Constanza Mesas, señala que “realizar telerehabilitación, fue algo súper innovador, porque salió de lo común y nos dimos cuenta de que a la distancia también podíamos generar cambios. Es muy lindo ver que las personas mayores mejoraron la funcionalidad y que pudimos aportar a su calidad de vida. Todas estas experiencias pueden marcar una guía acerca del futuro. En mi caso, me di cuenta de que me gusta el área de la geriatría y es lo que quiero hacer una vez que egrese”.
Por su parte, Gabriela Guzmán, estudiante de 3er año de la misma carrera, agrega que “el participar en actividades donde podemos poner en práctica cada una de las habilidades que nos enseñan en lo teórico, es una instancia enriquecedora y gratificante. Tuvimos la posibilidad de estar en contacto con pacientes mucho antes de nuestras prácticas y superar la ansiedad del primer contacto con usuarios”.
“Les agradezco por preocuparse de mantenernos en este proyecto pensado en mejorar la calidad de vida, activando nuestros músculos, enseñándonos al manejo de dolor y tips sobre algunas mejoras, pero, sobre todo, por el acompañamiento y ganas de vernos mejor”, finaliza don José Walterio Oyarzún.