Estudiantes de diferentes carreras de la U. San Sebastián y del Colegio Adventista de Valdivia fueron parte una actividad de inclusión denominada “Hapto: Ver y sentir”, la cual es promovida a nivel nacional por la Casa de Estudios, el Centro Cultural GAM y Fundación Ronda.
A través de una serie de actividades dinámicas e interactivas, que incluyó desplazamientos simulando la pérdida parcial y total de la vista, 44 jóvenes aprendieron a colocarse en el lugar de personas con discapacidad visual.
Los monitores, Rodrigo Rojas y Diana Camacho, fueron quienes lideraron las intervenciones, instando a abrir los sentidos, reconociendo, por ejemplo, texturas y sonidos, “trabajamos para difundir los derechos fundamentales de las personas con discapacidad, queremos que la gente entienda que por no poder ver, no vamos a estar integrados a la sociedad. Estas acciones aportan de alguna manera en el entendimiento, aunque hay mucho por avanzar”, dijo Rojas.
Para María José Sabando, estudiante de tercer año de Educación Diferencial, la actividad sirvió para ponerse en el lugar de una persona con discapacidad, “en la carrera tenemos lo teórico pero vivirlo es diferente, porque al comprender mejor a una persona podemos ayudarla y ser certeros en el trato y lenguaje”, comentó.
La directora Nacional de Bienestar de la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la U. San Sebastián, Kerima Carmi, señaló que el hecho que asistan estudiantes que serán profesionales es valioso, porque en un futuro tendrán que trabajar con personas en situación de discapacidad.
“En cada mediación, es primordial vivenciar lo que implica en este caso la discapacidad visual y hacerlo desde la experiencia de personas que están en esta condición. Apostamos a generar la sensibilidad necesaria para impulsar cambios en la forma de pensar sobre el tema”, recalcó.
Y enfatizó en que, “existe una gran deuda en término de accesibilidad, incluyendo a toda persona que tiene movilidad reducida, como las mujeres embarazadas y adultos mayores”.
De igual forma, Paula González, miembro del equipo coordinador en regiones del GAM, dijo que la iniciativa es una buena forma de promover los derechos de las personas con discapacidad, “la metodología permite una implementación como mediadores artísticos, generando un modelo de trabajo inclusivo, que no coloca a las personas en situación de discapacidad en un trabajo operativo, sino creativo”, apuntó.