“Quienes vivimos del turismo, sabemos que no se trata solo de una actividad económica, sino también de un fenómeno social, medioambiental, económico y cultural”, señala la académica Carolina Mella.
Dentro de las enseñanzas de la pandemia, aprendimos que esta pausa en los desplazamientos se presentó como una valiosa oportunidad que no se puede desaprovechar. Durante las restricciones nuestro planeta tuvo un respiro y quienes trabajamos en este sector, recibimos el gran desafío de planificar y trabajar por el desarrollo de un mejor turismo para todas y todos, que sea sostenible, seguro, de calidad, inclusivo y que logre detallar el rol de cada integrante de esta cadena de valor.
Ese llamado hizo la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas. Desde mi experiencia y vereda profesional con vínculo en la academia, significa que la educación y la formación del recurso humano es, sin duda, uno de los principales ejes para mejorar la gestión de cómo estamos haciendo turismo en los distintos territorios de los que somos parte.
Acá esta mi foco, donde pienso y defiendo constantemente a las y los profesionales, trabajadores y estudiantes del sector, quienes somos los activos más relevantes de esta industria junto al planeta. Porque quienes vivimos de esto sabemos que no se trata solo de una actividad económica, sino también de un fenómeno social, medioambiental, económico y cultural. Es un fenómeno complejo, que requiere ser planificado en conjunto con la comunidad.
Para esto es fundamental considerar en todo momento la particularidad y realidad de cada destino en donde este se desarrolla. Por tanto, se precisa identificar, reconocer y fomentar las competencias de quienes se han formado y han ganado experiencia en un rubro que aporta de manera transversal a quienes forman parte de la experiencia.
El desafío está principalmente en lograr convocar, reunir, concretar y generar conversaciones con los distintos actores; escenario en el que la comunidad pasa a ser un eje central de opinión y donde tanto los organismos públicos como privados puedan trabajar de manera mancomunada.
Desde la academia se pueden realizar distintos estudios que deriven en propuestas; siendo nosotros, los profesionales del sector, quienes lideremos estas interacciones para que, finalmente, nos vayamos acercando a esa planificación de la forma más certera y realista posible. Para conseguirlo esta debe ir acorde a las necesidades y tener una mirada objetiva y transversal, donde todos tengan un rol clave en el desarrollo de un destino sostenible y ejemplar.
Por último, es importante destacar que nuestro país cuenta con muchos profesionales con las capacidades, conocimientos, habilidades y experiencia adecuadas para seguir adelante y actuar. Los recursos existen, están las personas, además, se están definiendo las nuevas estrategias; por lo que esta es la oportunidad de trabajar en conjunto y generar este impacto positivo.
Carolina Mella Monsalve
Directora de la carrera de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo
Universidad San Sebastián