Académico de VcM, Alberto Fernández, plantea que el uso sustentable de los ecosistemas hídricos, como lagos, humedales, ríos o acuíferos, permitirá resguardar la provisión del agua para el desarrollo futuro de Chile.
El agua cubre una extensa área de nuestro planeta. Más del 70% de la superficie, que es lo que le da ese tono azulado que lo distingue del resto de los planetas de nuestro Sistema Solar. Se calcula que hay 1.386 millones de kilómetros cúbicos de agua, es decir 1.386 litros de agua seguido de 18 ceros.
Si bien este recurso puede parecer muy abundante, no lo es tanto: el 97,5% de ella es salada, y del agua dulce existente, solo el 0,4% está disponible para consumo humano en lagos, ríos y humedales.
Los seres vivos disponemos, pese a nuestra falsa percepción, de una cantidad muy pequeña de agua dulce para satisfacer nuestras necesidades, y especialmente hoy la disponibilidad de este recurso corre grave peligro de ser más escaso todavía, debido al cambio climático.
Uno de sus principales efectos es el calentamiento global, un fenómeno que ocurre debido a la acumulación en nuestra atmósfera de gases de efecto invernadero como el CO2, el metano y el óxido nitroso, entre otros.
Si bien ese efecto hace que nuestro planeta sea habitable, el aumento excesivo de estos gases debido a la actividad humana está haciendo que la temperatura de la tierra aumente significativamente con respecto a épocas pasadas. Además, este calentamiento está generando cambios en los patrones de precipitación, vientos o de corrientes oceánicas, que inciden directamente en la reducción de las precipitaciones en muchos lugares del mundo.
En lo particular, el caso de Chile puede llegar a ser dramático. Según un estudio del Instituto de Recursos Mundiales, nuestro país será el único del continente americano con estrés hídrico extremadamente alto al 2040, que generará serios déficits de agua en diversas áreas del país. Frente a este escenario, es muy importante integrar las miradas públicas, privadas, científicas y comunitarias para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarnos a esta nueva realidad, impulsando medidas sociales, económicas y jurídicas.
Es por esto que el uso sustentable de los ecosistemas hídricos, como lagos, humedales, ríos o acuíferos, permitirá resguardar la provisión del agua para el desarrollo futuro de Chile.
Alberto Fernández Ortego
Académico de Vinculación con el Medio, Facultad de Ingeniería y Tecnología
Líder del Programa Territorial Hito Más Azul
Universidad San Sebastián