Patricio Arroyo, director de Pedagogía en Educación Física, Universidad San Sebastián explica la importancia de un chequeo médico completo para quienes realizan deporte.
Importante es preguntarse, ¿por qué a una persona que realiza deporte puede sufrir un paro cardiaco? Varias veces hemos escuchado que un deportista cae desplomado de manera repentina realizando su rutina de ejercicios o su deporte. Debemos tener claro que el deporte de alto rendimiento no es salud, ya que llevamos nuestros parámetros fisiológicos sobre limites muy extremos, lo que puede generar una alteración posterior que se desencadena realizando actividades de menor intensidad.
Existen varios factores que podrían provocar un infarto al miocardio y/o un paro cardiorespiratorio en las personas, pero dentro de las más comunes se encuentran los antecedentes hereditarios y las malformaciones congénitas. De acuerdo a las últimas investigaciones, las personas que presentan un factor hereditario importante, tienen el doble de posibilidades de exhibir un accidente cardíaco al realizar deporte.
Es claro que existe una predisposición de tener un evento cardíaco al presentarse ante un estrés emocional o físico muy alto, pero ¿por qué esto no sucede antes? La forma como funciona nuestro sistema cardiovascular en conjunto con el sistema nervioso hace que las personas se adapten de mejor manera frente a los cambios en la homeostasis (equilibrio) del cuerpo. A medida que vamos envejeciendo esta adaptación es más lenta y en algunos casos no se realiza, dando la mayor susceptibilidad a la persona de presentar una alteración.
Debemos tener claro que el deporte de alto rendimiento no es salud, ya que llevamos nuestros parámetros fisiológicos sobre limites muy extremos, lo que puede generar una alteración posterior que se desencadena realizando actividades de menor intensidad.
Es importante que en cada momento de la vida que optemos por realizar ejercicio, se debe hacer un chequeo completo de cómo está funcionando nuestro cuerpo, incluso realizar un test de esfuerzo, el cual nos dirá cómo se encuentra realmente nuestro corazón para someterlo a un stress físico. Y no quedarnos en la tan conocida frase “a mí no me va a pasar nada, ya que cuando joven practiqué mucho deporte”.
El ejercicio realizado en la juventud no es una cuenta de ahorro que se puede desembolsar cuando viejos. Los factores ambientales, nutricionales y hereditarios nos conducen al estado actual con el cual nuestro cuerpo se enfrenta al ejercicio. Es por esto que mantener una vida saludable nos aleja cada momento de presentar un problema cardiaco. Fomentemos la vida saludable, pero también de manera consciente y responsable. Si queremos volver hacer ejercicio, realicemos los controles preventivos a tiempo.
Patricio Arroyo Director de Pedagogía en Educación Física Universidad San SebastiánVea la columna en diario La Estrella de Chiloé