Este semestre Chile tendría Plan Nacional para combatir resistencia bacteriana

Reciente informe de la Organización Mundial de la Salud alerta sobre este fenómeno y revela que sólo una cuarta parte de los países tiene estrategias a nivel nacional para enfrentar el problema. Chile enfocará esfuerzos para que los médicos prescriban antibióticos de manera más racional.

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El descubrimiento, desarrollo y utilización de antibióticos revolucionó la medicina en la década de 1930. Muchas enfermedades infecciosas pudieron ser controladas y salvar así millones de vidas. Hoy, 85 años después, el panorama es incierto, debido al uso y abuso de estos medicamentos y la extraordinaria habilidad de las bacterias para hacerse resistentes a ellos.

Luego de dos años recolectando información de 133 países, la Organización Mundial de la Salud emitió un documento acerca del fenómeno de la resistencia bacteriana, “el mayor desafío individual en enfermedades infecciosas de la actualidad”, según el director de Seguridad en Salud de la OMS, Keiji Fukuda.

La resistencia a los antibióticos se deriva de la extraordinaria capacidad de las bacterias para adaptarse, generar defensas contra estos medicamentos y traspasar ese “conocimiento” a sus pares. Eso ha significado que muchos tipos de bacterias logran sobrevivir ahora a productos que hasta hace pocos años eran una herramienta médica eficiente.

La penicilina, la ampicilina, la clindamicina, la eritromicina, la tetraciclina, son medicamentos que ya no sirven para nada, o sea que tuvieron su época de gloria y hoy día nadie se los prescribiría a una persona“, explica Jaime Mañalich, director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián. “Con la ciprofloxacina está pasando lo mismo en estos momentos, cada vez sirve menos porque los microbios desarrollan rápidamente resistencia”.

Eso ha significado que varias enfermedades que hasta hace poco estaban controladas amenazan con resurgir. Ya se ha visto eso con la tuberculosis, algunas neumonías y hasta el VIH, y con infecciones por estafilococo dorado, por Clostridium (en la foto), por enterococos y otras, que ahora son más difíciles de tratar.

Chile no es la excepción. Los sistemas de vigilancia epidemiológica y de seguimiento –que permiten detectar aumentos inusuales de ciertas enfermedades- revelan que varias cepas de bacterias detectadas en pacientes se han hecho resistentes.

El año pasado, apenas asumió el nuevo gobierno, la Sociedad Chilena de Infectología advirtió del riesgo y varias instituciones han puesto el tema en la discusión pública, entre ellas IPSUSS a través de columnas de opinión y un coloquio, planificado para mayo.

Un Plan Nacional para Chile

La resistencia bacteriana ha aumentado“, informa el subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows. “Nosotros sabemos por ejemplo que hay resistencia a antibióticos mayor en algunos centros asistenciales que en otros. Las infecciones intrahospitalarias son las que tienden a generar más resistencia antibiótica”.

Se trata de una situación más compleja aún, si se considera que desde hace 30 años la industria farmacéutica no ha desarrollado nuevos antibióticos, y por lo tanto el único arsenal que queda para combatir las bacterias son los medicamentos de últimas generaciones, que son más caros, y que –si se considera la tendencia de sus antecesores- también tendrían sus días contados.

El informe de la OMS indica que sólo una cuarta parte de los estados tiene planes nacionales para proteger la eficacia de los antibióticos, y que es necesario mucho trabajo para combatir esta amenaza.

Chile es uno de aquellos países que aún no cuenta con esa estrategia. Si bien se ha estado trabajando en controlar la venta sin receta de estos productos –práctica común hasta hace unos años- y en hacer más rigurosos los sistemas de control de infecciones intrahospitalarias -incluso como requisito para la acreditación- hay un elemento que falta.

Lo que necesitamos es aunar más la voluntad de los médicos tratantes para que puedan seguir guías clínicas e indicar los tratamientos antibióticos cuando corresponda“, dice el Subsecretario de Salud Pública. Para eso se ha elaborado un proyecto de Plan Nacional, que según la autoridad, estaría listo en el primer semestre de este año.

Un Plan Nacional es alinear a los médicos en la indicación de antibióticos más bien cuando es realmente necesario su uso y es justificado. O sea, pensarlo dos veces antes, porque muchas veces se indican diciendo ‘bueno, mejor que sobre a que falte’ cuando no está claro si el cuadro es viral o es bacteriano. En la práctica en cierto sentido es razonable, mejor estar cubierto ante esta probabilidad, pero lo que implica una política más racional es tratar de asegurarse bien al diagnosticar qué germen es y que ese tratamiento sea justo el indicado para ese germen, si es que tiene tratamiento antibiótico. Cuando no hay una bacteria, no utilizar antibióticos, por ejemplo para los resfríos, o faringitis, que en la mayoría de los casos son cuadros virales que no deberían recibir antibióticos, pero sí vemos que hay mucha prescripción de antibióticos y eso es preocupante”, advirtió la autoridad.

Para profundizar sobre el tema, lea aquí el informe de la OMS y/o su resumen (en inglés).

 

Fuente:
Ipsuss
Escrito por Julio Enrique De Villegas
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