Colaborar con el cuidado del medio ambiente no requiere de grandes esfuerzos, y si todos sumamos con la cultura de reducir, reciclar y reutilizar, entregaremos un mundo más limpio a las nuevas generaciones. Escolares de Concepción ya están dando el ejemplo.
Así como una imagen vale más que mil palabras, a veces los números también son muy elocuentes a la hora de explicar problemáticas que a todos nos aquejan. ¿Sabías que una sola hoja de papel blanco requiere de unos 370 cm3 de agua limpia para ser producida? Es decir, fabricar una tonelada de papel blanco implica un consumo de unos 100 mil litros de agua. Si un oficinista en promedio, imprime unas 10 mil hojas al año y un árbol sirve para producir 16 resmas de papel, entonces, es cosa de calcular.
Todas estas estadísticas que parecieran ser parte de un problema matemático grafican la importancia de reutilizar aquel papel que ya no tendrá uso. Es que la mejor gestión de un residuo será aquella que lo reduzca a su mínima expresión. Ojalá a cero.
Y para lograrlo, la educación ambiental desde las más tempranas etapas del aprendizaje es fundamental para crear conciencia de que lo que no hicimos hoy, será un daño irreversible al planeta el día de mañana.
Es por eso que escolares de la región del Biobío están apostando por la “cultura RRR”: Reducir, Reciclar y Reutilizar, a través del proyecto “Un colegio, un punto limpio”, que espera la participación –durante este año– de 32 establecimientos dependientes de la Dirección de Educación Municipal de Concepción, cuyo objetivo es disminuir la cantidad de papeles y cartones circulantes y crear conciencia sobre el reciclaje.
Utilizando nuevamente la lógica matemática, si se considera que en promedio hay 500 alumnos por colegio, son 60 mil personas tras este proyecto. Si a ellos se suman los profesores y funcionarios, y a las familias, se va culturizar a una gran fracción de la comuna.
La iniciativa es impulsada por las carreras de Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental e Ingeniería en Prevención de Riesgos y Medioambiente de la sede Concepción de la Universidad San Sebastián y según su director, Álvaro Boehmwald, “a raíz del gran valor agregado que se les pueden dar a los desechos domiciliarios y símiles, surgieron las primeras experiencias en 2015, en las que destacaron los colegios Concepción Pedro de Valdivia y The Thomas Jefferson School”. Y tal fue el éxito de la experiencia, que el primer semestre de este año se incorporaron 14 establecimientos y se reciclaron 16 toneladas de materiales, entre papel blanco, cartón, revistas, papel de diario, botellas plásticas PET y latas de aluminio.
Las campañas se realizan en conjunto con la empresa “Elige Reciclar”. Tras la conformación de equipos, la USS entrega material para efectuar el proceso (sacos) para luego llevar a cabo la campaña, de tres días. La acción finaliza con un informe que da cuenta del peso y de la ecoequivalencia del material recogido, pero más allá de eso, se tiende una mano efectiva para mejorar las condiciones de la tierra en que vivimos.