Académica USS llama a poner el foco en la etapa final de la vida, en la integralidad de la persona, la entrega de cuidados humanizados y el apoyo dirigido al paciente, las familias y a quienes asumen el rol de los cuidados principales.
Desde la Organización Mundial de la Salud se han definido los cuidados paliativos como una forma de mejorar la calidad de vida de las personas y sus familias, en el contexto de una enfermedad potencialmente mortal.
En ese contexto, la invitación es a poner el foco en esta etapa tan crítica, como es el final de la vida, considerando la integralidad de la persona, la entrega de cuidados humanizados y el apoyo dirigido tanto a quien vive el proceso de enfermedad, como también brindando atenciones especialmente diseñadas para las familias y a quienes asumen el rol de cuidador principal. Esto es especialmente importante, considerando el nivel de sobrecarga que se puede presentar al generarse cambios en la dinámica familiar.
A nivel nacional, al alero de la nueva ley de cuidados paliativos universales (Ley 21.375) se consagran los cuidados paliativos como un derecho para todas las personas que padecen enfermedades terminales o graves, aportando calidad y contención a la persona y su familia, contribuyendo a su bienestar y buen morir.
Es muy importante que esta política pública logre materializarse en los sectores público y privado, considerando la disponibilidad y capacitación de equipos clínicos que puedan trasladarse hacia los domicilios para realizar las actividades educativas y asistenciales según las necesidades de cada grupo familiar, generando estrategias de acompañamiento, que permitan contribuir al bienestar de la persona en cuidados paliativos y también a enfrentar el duelo familiar.
Daniela Barriga Bustos
Académica de Vinculación con el Medio
Escuela de Enfermería
Universidad San Sebastián