Mediante dos conferencias, la Facultad de Derecho y Gobierno de la USS analizó el actual escenario constituyente y algunos de los puntos centrales que debería considerar la nueva constitución.
Más allá de las polémicas que han rodeado su trabajo, la Convención Constitucional tiene entre sus manos la titánica tarea de elaborar una nueva Constitución para Chile, estableciendo los derechos y deberes que regirán a los ciudadanos durante las próximas décadas.
Las aristas que debe abordar y cómo influye la historia al redactar una nueva carta magna son algunos de los temas que la Facultad de Derecho de la Universidad San Sebastián ha analizado en diversas charlas, donde académicos, historiadores y especialistas en diversas materias vislumbran el actual proceso constituyente.
“Agua y Constitución” fue el seminario que abrió los fuegos, a cargo de la abogada y profesora de Derechos de Agua PUC y UFT, María Luisa Baltra, y de la abogada y académica de Derechos de Agua de la USS, doctora Tatiana Celume. En su conversación, las especialistas abordaron el agua como bien básico, la forma en que ha estado presente en la constitución y los elementos que deben considerarse al incluirlo en el nuevo texto rector. Entre ellos, la actual sequía, las zonas con crisis hídrica y el cambio climático. Todo con el objeto de una óptima y adecuada entrega del recurso a todos los chilenos.
Posteriormente, la Facultad de Derecho puso en marca la conferencia “Tradición constitucional y momento constituyente en Chile”, en la que el académico y director del Instituto de Historia de la USS, Alejandro San Francisco, repasó las constituciones de 1833, 1935 y 1980 y los factores que incidieron en su escritura. A juicio del experto, todas las cartas magnas tienen un “ciclo de vida”, experimentando desgastes al no responder a las necesidades del momento.
“Es importante mirar la historia (…) Invita a pensar en lo que ha resultado, en los derechos y deberes que siempre se han mantenido, y en la posibilidad de incluir nuevos temas, dependiendo en el momento histórico en que nos encontramos”, afirmó.
“Mezclar tradición y capacidad de innovación podría ser una buena receta (…) Es necesario conocer y reconocer la diversidad”, dijo. “Tener la visión de que todos quieren el bien de la patria es un buen camino de unidad”, concluyó.