Este martes se conmemoran 63 años del Riñihuazo, hecho histórico que sucedió tras el terremoto de 1960 en Valdivia y que consistió en un aumento de volumen del Lago Riñihue. Esto generó una gran represa natural que amenazaba con la destrucción inminente del territorio. De inmediato se iniciaron trabajos para que el agua que se mantenía acumulada fuera evacuada de una forma controlada.
El 24 de julio de 1960 el agua comenzó a descender controladamente y provocó una inundación de diferentes propiedades de Los Lagos, incluido el antiguo hospital.
Una precaria red asistencial en la comuna quedo al descubierto tras estos desastres naturales, situación que fue investigada por la docente de la Universidad San Sebastián, Lucía Catalán, cuyo artículo se publicó en la Revista española de Cultura de Cuidados.
“Estos hechos evidenciaron la precariedad de red asistencial de ese tiempo. Antes había un hospital de madera con un médico, practicantes, un dentista y alguien que se preocupaba de la atención de los partos, por lo que los desastres generaron una mayor necesidad de profesionales de salud y se aceleró la formación de enfermeras en el sur de Chile”, explicó Catalán.
La investigación dio cuenta que tras estos desastres se inyectaron recursos al sistema de salud en Chile para fomento de la formación académica y la mejora de la infraestructura sanitaria en las zonas afectadas, incluido un nuevo hospital para Los Lagos que fue una de las localidades más afectadas.
“El hospital que había se deterioró y se tuvo que trasladar a un lugar alto de la comuna. Los recursos llegaron desde Estados Unidos en 1961 bajo el Gobierno de John F. Kennedy, la municipalidad puso el terreno y se comenzó la construcción de un nuevo hospital”, contó la docente de la USS.
La importancia del trabajo de las enfermeras fue la implementación de las rutinas de trabajo, los primeros registros, organización de central de alimentación, farmacia, campaña de vacunación, los controles de niño sano e incluso el acercamiento de la atención a través de visita a postas y rondas de salud rural.
Para finalizar, la docente de la USS concluyó que “el artículo evidencia cómo los desastres permitieron complejizar los cuidados y las prestaciones de salud en esta localidad y destaca la resiliencia y vocación de servicio del equipo de salud de la época, especialmente de la enfermera”.
En esta investigación también participaron como invitadas la directora del Magister en Enfermería de la Universidad de la Frontera, Dra. Edith Rivas y las docentes de la USS Valdivia, María José Marín y Carolina Concha.