El costo familiar que puede representar la incapacidad o el fallecimiento de un ser querido a causa de un accidente en su lugar de trabajo puede ser muy alto. Y por eso son fundamentales iniciativas que puedan ayudar a mitigar esos efectos.
Según el Informe Anual de Estadísticas de Seguridad Social, presentado el mes de abril, el año pasado se produjeron 180.036 accidentes laborales, de los cuales 414 fueron fatales. En términos numéricos, eso significa que en 2015 hubo ocho muertes a la semana por este tipo de incidentes.
Si bien las empresas han tomado cartas en el asunto, estableciendo planes y procedimientos de prevención de riesgos que son trasmitidos a sus trabajadores a través de talleres, capacitaciones y explicativos impresos, el riego de sufrir un accidente siempre está presente, especialmente en aquellas labores asociadas al mundo de la construcción y obras. Ante una situación como esa, el impacto puede ser muy fuerte para las familias, en especial cuando fallece un ser querido.
Es en ese escenario que un proyecto universitario en conjunto con la Mutual de Seguridad de Concepción, ejecutan desde el año 2011 un trabajo conjunto dirigido a personas en situación de discapacidad debido a accidentes laborales, y a viudos y viudas de personas fallecidas en esas circunstancias. El inicio de la alianza se asocia a la creación del Área Psicosocial, y de la implementación del programa “Calidad de Vida”, de la Mutual de Seguridad.
Se trata de una iniciativa encabezada por la carrera de Trabajo Social de la Universidad San Sebastián en su sede Concepción, y que luego de cinco años de intervenciones, continuará con sus actividades, a través de la implementación de los talleres “Actitud positiva para el Emprendimiento”, a cargo del académico de la Facultad de Psicología Felipe Parra, que generará una instancia motivadora de crecimiento, desarrollando en los pensionados estrategias y técnicas de crecimiento personal y autoayuda; y “Alfabetización Digital”, impartido por la académica Tamara Paredes, que proporcionará herramientas prácticas en tecnología computacional. En estos participarán un total de 16 beneficiarios y la misma cantidad de estudiantes de Trabajo Social.
“Con este proyecto, la Escuela de Trabajo Social de la sede Concepción asume una función esencial de las instituciones de educación superior, al contribuir al desarrollo integral y equitativo ce las personas, a través de una interacción significativa, permanente y de mutuo beneficio, con un carácter horizontal y bidireccional entre la USS, la Mutual y un grupo especialmente vulnerable por su condición de discapacidad o viudez producto de un accidente laboral, asociado además a un quiebre económico y emocional”, explicó Loreto Ruiz, académica de Trabajo Social y encargada del proyecto.