Videojuegos: ¿Cómo aportan y cuándo son un problema en la casa?

No hay que demonizar a los videojuegos, pero tampoco descuidar el hecho de que pueden afectar la salud por una prolongada exposición a las pantallas, problemas posturales y una eventual adicción. 

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Al interior de cada hogar ha sido difícil relacionarse en familia producto de las clases online, el teletrabajo y las tareas domésticas. Tampoco ha sido fácil en los tiempos de ocio de los niños y adolescentes que recurren a los videojuegos para entretenerse. 

isabel rosemblatt docenteNo obstante, como lo señala Isabel Rosemblatt, académica de la carrera de Animación Digital de la Universidad San Sebastián, “no debemos demonizar a los videojuegos, ya que ofrecen interacción directa de los niños con sus pares, estimulan el aprendizaje de nuevos idiomas y el desarrollo de habilidades blandas esenciales para la sociedad”.

Asimismo, cita un reciente estudio de National Literacy Trust (NLT) y la Asociación UK Interactive Entertainment (Ukie) que establece que “el 79% de los entrevistados -de entre 11 y 16 años- leen grandes cantidades de contenido a través de los videojuegos y un 35% de ellos cree que los videojuegos los hace mejores lectores, mientras que otros señalan que han perfeccionado su dominio del inglés”.

¿Dónde está el problema?  

Los videojuegos pueden ser agentes de socialización, pero también de alienación. Todo depende de sus horas de uso en niños y adolescentes y sin una adecuada supervisión.

Daniela Muñoz Iubini foto docente columnaDaniela Muñoz, psicóloga y académica de Pedagogía de Educación Diferencial USS sostiene que los videojuegos “pueden potenciar ciertos aprendizajes como, por ejemplo, la tolerancia a la frustración, la coordinación psico-motriz y los niveles de atención y concentración, entre otros”.

Lo importante, dice la académica, es equilibrar el tiempo de uso con otras actividades de distención que favorezcan la interacción y el vínculo con otros. También es necesario revisar el contenido los videojuegos “sobre todo si presentan contenido violento, ya que pueden propiciar este tipo de comportamientos en sus usuarios. Los juegos deben ser acordes a la edad y al nivel de madurez cognitiva y emocional de quien los está utilizando”.

“Hay niños que presentan comportamientos agresivos, inquietos o sensibles y manifiestan conductas violentas después de jugar. Otros se frustran mucho porque tal vez el videojuego es muy complejo para su edad y requiere ciertas habilidades que él aún no desarrolla”, explica la docente USS.

Además, indica que algunos niños pueden desarrollar comportamientos adictivos producto de la satisfacción y placer que se asocia al ganar el juego, pasar etapas, etc.

Por eso, la psicóloga sugiere horarios preestablecidos para usar los videojuegos, junto con observar a los niños y ver cómo reaccionan, además de entender que “no porque otros niños de la misma edad usan un determinado videojuego, significa que mi hijo tiene la madurez y está listo para jugarlo también”.

 

 

 

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