¿Restablecer o no el voto obligatorio?  

Detrás de la idea de reponer el voto obligatorio está el deseo de estimular la participación y promover un mayor compromiso con el destino del país.

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Antes de la modificación de la ley 20.568 del 31 de enero del año 2012, en Chile existía el voto obligatorio y con inscripción voluntaria a los 18 años, pero con la posibilidad de excusarse de votar bajo ciertas circunstancias y condiciones. Desde entonces, solo se efectuó una modificación para reponer la obligatoriedad con miras al Plebiscito ratificatorio o de salida, donde se consultará a los ciudadanos si aprueban o rechazan la Nueva Constitución que elaborará la Convención Constitucional.

Alejandro Gómez, coordinador del Centro de Educación Ciudadana de la Facultad de Derecho y Gobierno de la  Universidad San Sebastián cree que el voto debe ser obligatorio para poder tener una democracia más robusta y sana, donde una mayor cantidad de personas vote.

“Actualmente muchas personas no pueden participar en una elección por distintos motivos. Por ejemplo, la gente que cumple un turno laboral en una ciudad distinta a la que votan, problemas de salud o desplazamiento. También están las personas privadas de libertad que, si bien están habilitadas para sufragar, no hay constitución de mesas al interior de los recintos penitenciarios. Además, el padrón electoral presenta algunos problemas al figurar personas que están fallecidas. Por lo tanto, nunca se podrá tener un 100% de participación, pero hay que hacer los esfuerzos por acercarse lo más posible”, explica.

El académico sostiene que el 51% del último Plebiscito y el 43% de la elección de constituyentes, alcaldes, concejales y gobernadores regionales, “pareciera que no son un porcentaje real y podría ser muy superior”. 

En tanto, Arturo Squella, director del Centro de Derecho Público y Sociedad USS cree que es grave lo que está ocurriendo con la participación ciudadana. “Paradojalmente en la elección más importante que hemos tenido en los últimos tiempos por la elección de las personas que van a estar a cargo de redactar una propuesta de Nueva Constitución, participó un 43% de los ciudadanos y es la cifra más baja para un proceso eleccionario desde que se instauró el voto voluntario”.

El docente añade que eso hace cuestionarse si es que se debiera volver o no al voto obligatorio, aunque en estricto rigor, independiente de las multas o calificación que se incluya en la Constitución, siempre ha sido un deber cívico a cumplir por los ciudadanos.

“Desde ese punto de vista, es interesante el debate sobre esta iniciativa quizás un poco encima en el tiempo, considerando las elecciones de noviembre, pero si existe el ánimo para restablecer el voto obligatorio es el camino que hay que seguir, porque la legitimidad de las decisiones que toman las autoridades pasa precisamente por la cantidad de personas que participan en los procesos de elección de nuestras autoridades”, sentencia Arturo Squella.

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