Pandemia agudizaría pobreza en niños, mujeres y adultos mayores

Si bien la crisis sanitaria ha afectado en mayor o menor medida a toda la población, los grupos más vulnerables han experimentado un impacto más significativo lo que limita sus posibilidades de salir del círculo de la pobreza.

Pandemia agudizaría pobreza en niños, mujeres y adultos mayores

Como ya mucho se ha escuchado, leído y comentado a través de los medios de comunicación, nocivos son para la economía los efectos de la mayor crisis sanitaria que ha vivido la humanidad en el último siglo.

Una crisis que va más allá de ser sólo una emergencia a nivel de salud, pues sus repercusiones han sido de tal índole y magnitud que podemos considerarla una emergencia económica y también social.

daniela-catalanEn ese contexto, todos hemos sufrido en distintas magnitudes algunos de estos efectos, los cuales se dan tanto a nivel de salud mental, emocional, social, afectivo, pérdida de seres queridos, como a nivel económico, desempleo o reducción de ingresos. Estos son algunos de los innumerables efectos que dejará esta pandemia en nuestro país y que aún no podemos observarlos por completo, pues todavía estamos inmersos en la crisis.

Existen efectos que aún no han sido dimensionados en su totalidad. Por ejemplo, la repercusión que esta crisis tendrá en nuestros adultos mayores, una parte de la población más vulnerable en estos tiempos. Ellos, antes de la pandemia según estudios, eran en su mayoría personas independientes y que estaban acostumbradas a realizar de forma autónoma sus compras y pagos, lo que hoy, para cuidar su salud, se ha restringido al máximo. Lo más probable es que muchos de ellos estén sufriendo la soledad y el complejo encierro.

Los adultos mayores han quedado al margen de la oferta de bienes y servicios. Por lo tanto, la pandemia ha generado adultos mayores más pobres y dependientes.

Si bien aún no existe evidencia del impacto negativo sobre su salud física, estado cognitivo y emocional, sí hay evidencias de que las personas mayores con buena autopercepción podrían ser más resilientes ante el sufrimiento que suponen el confinamiento y la pandemia.

No obstante, independiente de la actitud que tengan frente a la crisis sanitaria, deben restringir su movilidad al máximo para bajar su riesgo de contagio, situación que impide a muchos acceder a algún tipo de ocupación remunerada, lo que merma sus ingresos.

Además, el analfabetismo digital es más elevado en este grupo lo que genera dificultades en el acceso a compras y trámites que se hacen en modalidad virtual. Los adultos mayores, de este modo, han quedado al margen de la oferta de bienes y servicios. Por lo tanto, la pandemia ha generado adultos mayores más pobres y dependientes.

Brechas de género

Por otro lado, en el caso de las mujeres, recientemente posicionadas en el mercado laboral, por las restricciones de movilidad y el cierre de los centros de educación, muchas han tenido que retornar al hogar. Se estima que un alto porcentaje de mujeres no retomen su empleo, pasando a aumentar la población de inactivos.

Entre los factores que influyen está el hecho de que la pandemia ha dejado en evidencia que las mujeres siguen siendo las principales responsables de la crianza y cuidado de los hijos, por tanto, no podrán tan fácilmente dejar estas actividades para volver al mercado laboral. Es fundamental diseñar e implementar políticas públicas de apoyo a las familias en este ámbito para evitar perder el avance que la mujer ha logrado en las últimas décadas en que ha podido aportar de manera efectiva y productiva a la economía nacional.

Si el país no logra revertir las cifras de desempleo femenino en el futuro, las organizaciones perderán un valioso recurso humano y, a la vez, aumentarán las brechas de género en acceso al mercado laboral, ingreso e influencia en la sociedad.

La pandemia ha dejado en evidencia que las mujeres siguen siendo las principales responsables de la crianza y cuidado de los hijos.

Deserción escolar

Otro segmento especialmente afectado es la población infanto-juvenil. Los niños y adolescentes han sufrido los impactos del encierro que los ha alejado de sus actividades cotidianas, de sus relaciones y además los ha expuesto al riesgo de violencia intrafamiliar.

De igual modo, el receso de la educación presencial en los niveles de enseñanza preescolar, básica y media generará de seguro un aumento de las brechas de aprendizaje, ya que un alto porcentaje de estudiantes de menores ingresos podrían no estar teniendo acceso a equipamiento ni apoyo de adultos competentes en su proceso educativo.

Además del aumento de las brechas, se prevé un alza de la deserción escolar, lo que afectará sus expectativas económicas futuras. Por el mismo contexto, también habrá un aumento del trabajo infantil y, por ende, se perpetuará el círculo de la pobreza.

En conclusión, la pandemia ha afectado a toda la población, pero los impactos han sido mayores en ciertos grupos más vulnerables como niños, adultos mayores y mujeres, segmentos en los que podrían aumentar los niveles de pobreza. Para enfrentar esta situación se requieren medidas gubernamentales adecuadas y también el aporte de la comunidad. Empresas y organizaciones deben contribuir a que todos los chilenos superemos la crisis unidos sin dejar atrás a los más vulnerables.

Daniela Catalán Ramírez
Secretaria de Estudios Programa Advance, Facultad de Economía y Negocios
Universidad San Sebastián, sede Concepción

Vea el artículo en Diario Concepción

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