Obesidad infantil: ¿cómo revertir la tendencia?

De acuerdo al Mapa Nutricional de la JUNAEB, el 64% de los escolares de quinto básico están con sobrepeso u obesidad. Académicos USS, señalan que a través de la dieta, el ejercicio y la terapia conductual se podría frenar esta tendencia.

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El sobrepeso y la obesidad infantil generan en el largo plazo daños musculoesqueléticos, cardio metabólicos y respiratorios, situación que se puede revertir con un programa de rehabilitación que involucre ejercicio, dieta y la motivación de los escolares y sus familias.

Así lo plantea, Ricardo Henríquez, director de la carrera de Kinesiología de la Universidad San Sebastián, quien enfatizó en que la generación del hábito del ejercicio es clave para revertir la tendencia. “En el futuro sería importante evaluar la adquisición de hábitos de vida saludable en los estudiantes. También evaluar qué otros factores inciden en el proceso de rehabilitación de la obesidad y cómo protocolos de este tipo podrían ser implementados en contextos escolares buscando beneficios en un porcentaje mayor de la población afectada”, indicó.

Obesidad y función muscular

Según datos del Mapa Nutricional de Junaeb 2020, tres de cada cinco niños sufren de malnutrición por exceso, cifras que empeoraron incluso durante la pandemia.

Ricardo Henríquez ha estudiado en profundidad este tema y, de hecho, lo expuso en el IV Congreso de Rehabilitación Cardiorrespiratoria organizado por la Sociedad Científica de Kinesiología en Cardiología y Cirugía Cardiovascular, que contó con la participación de más de 180 académicos e investigadores nacionales e internacionales.

En la ocasión, dio a conocer un estudio realizado por investigadores de distintas universidades que indagó cómo a través de un programa de rehabilitación se pueden enfrentar las consecuencias del sobrepeso y la obesidad infantil.

Durante 20 semanas, se realizó una intervención interdisciplinaria con 30 escolares diagnosticados con obesidad infantil.

“Al cabo de ese período existió una disminución significativa del IMC (Índice de Masa Corporal) de los estudiantes intervenidos que estaban en grado de obesidad. También hubo un incremento de la función muscular y aumentaron las presiones inspiratorias y espiratorias de los escolares sometidos a rehabilitación”, indicó Ricardo Henríquez.

Nutrición desde la primera infancia

Por su parte, la académica de Vinculación con el Medio de la Escuela de Enfermería, María Sylvia Campos, señaló que la incorporación de los hábitos saludables debe comenzar en la primera infancia.

“Se deben evitar los alimentos que podrían condicionar problemas de salud en el futuro y prevenir distintas enfermedades como la obesidad y otros factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, tales como el consumo excesivo de azúcar, sal, grasas saturadas, bebidas de fantasía y comida chatarra. Por otro lado, hay que favorecer el consumo variado de frutas, verduras y agua”, dijo.

La académica recalcó que es importante considerar que a edades más tempranas mayor es la vulnerabilidad de los niños y niñas, y esto “condicionan la frecuencia de la supervisión del crecimiento y desarrollo por parte de un profesional de la salud calificado, siendo más frecuente en un comienzo y luego se va distanciando a medida que avance la edad”.

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