Columna: Niños y consumo de azúcar

Académica de Nutrición y Dietética USS aconseja no incorporar azúcar antes de los dos años, y en la medida de lo posible, extender esta recomendación lo máximo posible. 

Consumo de azucar en niños Universidad San Sebastián

Muchas veces hemos escuchado que no es recomendable dar azúcar o alimentos endulzados a los niños pequeños, pero, ¿es efectivo? El gusto por lo dulce es una característica humana innata y se extiende a todas las edades, razas y culturas. La conformación de las preferencias gustativas comienza en el útero y continúa durante el resto de la vida.

La leche materna es la primera exposición al sabor dulce, y la predilección por este es máxima en la infancia disminuyendo progresivamente durante la adolescencia y vida adulta. El azúcar es adicionada a una gran cantidad de alimentos que hallamos en el mercado y se encuentra en grandes cantidades.

Su excesiva ingesta está asociada con un mayor riesgo de presentar obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y aumenta el riesgo de desarrollar caries. En el caso de los niños, no se aconseja incorporar el azúcar antes de los 2 años y ojalá extender esta recomendación lo máximo posible, ya que sólo nos aporta energía de forma rápida, pero sin ningún otro valor nutricional.

A esto se le llaman “calorías vacías”. La energía que aporta se puede obtener de otros alimentos como los cereales integrales que además nos entregan otros nutrientes como fibra, vitaminas y minerales. Es bueno considerar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los azúcares libres no deben representar más del 10% de la ingesta energética diaria total.

En cuanto a las frutas, si bien nos aportan azúcar mediante la fructosa, que es el azúcar natural de las frutas, éstas no entregan calorías vacías como el azúcar simple, ya que aportan además fibra, agua, vitaminas y minerales. Por lo tanto, son recomendadas a partir de la alimentación sólida, desde los 6 meses, y forman parte de una alimentación saludable en cualquier edad. La recomendación es dar la fruta entera y evitar los jugos, ya que al procesarla se pierden algunos nutrientes y aumenta la cantidad de azúcar. Para la hidratación se recomienda el consumo del agua.

Sofía Godoy Toledo
Académica de Nutrición y Dietética, sede Concepción
Universidad San Sebastián

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