Erupción dentaria en pandemia: odontopediatras recomiendan cómo enfrentarlo

“La primera consulta con el odontopediatra es una instancia donde principalmente se educa a los padres entregándoles herramientas básicas para el adecuado cuidado de la salud bucal de sus hijos”, cuenta la odontopediatra y académica USS, Patricia Alvear.

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La visita al odontólogo en tiempos de pandemia es una decisión que se toma según el estado de salud bucal en combinación con la fase de nuestra comuna. Así, por ejemplo, en Fase 1 sólo se pueden atender urgencias. ¿Pero qué pasa en el caso de los bebés que están experimentando su erupción dentaria? ¿Cuándo es recomendable llevarlos al odontopediatra?

“La recomendación de las sociedades científicas a nivel nacional e internacional es que la primera revisión del odontopediatra sea antes del primer cumpleaños”, dice la académica de la Facultad de Odontología de la Universidad San Sebastián, Patricia Alvear.

Pero, claro, también se puede asistir antes en caso de urgencias. “Cualquier situación que esté alterando la vida normal de un niño como, por ejemplo, que no le permita comer o dormir, es considerada de urgencia. Asimismo, en caso de traumatismos dentales y dolor, caras hinchadas, infecciones, etcétera”, menciona Víctor Uribe, también odontopediatra y académico de la USS.

En tiempos de pandemia, el proceso de erupción dental temporal de los menores puede ser guiado desde una teleconsulta. “Esta primera consulta con el odontopediatra es una instancia donde principalmente se educa a los padres y se les entregan las herramientas para el adecuado cuidado de la salud bucal de sus hijos. Se les enseña sobre prevención de la enfermedad de caries, técnicas para un buen cepillado dental, buenos hábitos para evitar anomalías dentomaxilares de largo plazo (uso de chupete y mamadera), y se resuelven dudas respecto a la erupción dentaria, entre otros”, explica Alvear.

¿Qué hacer frente a la aparición de los primeros dientes?

Sobre los tiempos de erupción dentaria, los expertos son claros: cada bebé es diferente. Aunque son los menos, hay quienes tienen sus primeros dientes a los dos meses de vida, mientras que la mayoría erupciona entre los 6 y 12 meses. El proceso completo se puede extender hasta los tres años y los primeros dientes en aparecer son los incisivos centrales inferiores temporales.

En este punto, la doctora Alvear es enfática: “según la Sociedad Chilena de Pediatría, los collares de ámbar no están recomendados porque pueden producir estrangulación o asfixia. Además, no hay evidencia que los respalde. El ámbar no sirve como antiinflamatorio o analgésico porque no está en su estado más puro y el contacto físico a través de la piel es un método de absorción muy indirecto y poco eficiente”.

Pero sí hay otras técnicas validadas y que cumplen el objetivo de calmar a los bebés que sufren en este proceso. “El único método comprobado para enfrentar la dentición es el uso de mordedores que se puedan enfriar en el refrigerador e, incluso, se pueden hacer helados de leche materna para calmar la picazón. Rozar sus encías con el dedo también puede aliviar a los bebés”.

La erupción dentaria tampoco tiene relación alguna con la fiebre y, si coinciden, se deben revisar posibilidad de infección viral. “Lo único que está comprobado es que genera mucha secreción salival, lo que podría producir un poco de diarrea y generar, por ende, coceduras en la piel de la zona íntima del bebé”, afirma la académica especialista en odontopediatría.

 Técnicas de higiene y cuidado

Apenas erupciona el primer diente, se debe cepillar con cepillo de diente y utilizando una pequeña cantidad de pasta dental desde 1.000 ppm. Para llegar a esto, los odontopediatras y académicos de la USS aseguran que es clave poder acostumbrar al bebé con anticipación para que luego no sea una práctica invasiva.

“Para los menores de dos años, gran parte de su desarrollo sensorial pasa por llevarse todo a la boca, por lo que estimular y familiarizarlos con el cepillado de dientes desde temprana edad es clave. Puede ser limpiando con una gasa y agua tibia en el caso de los más pequeños o incluso con mordedores que simulan ser cepillos dentales, para que se familiaricen con las prácticas y texturas a partir de los 4 o 5 meses”, detalla el doctor Uribe.

La doctora Alvear entrega otro tip: “el lavado de dientes es sin mojar el cepillo para que no se haga espuma y sin realizar enjuague, ya que el agua disminuye la concentración del flúor de la pasta en el diente, que es esencial en la protección contras la enfermedad de caries”.

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