Columna: Deporte, rehabilitación e inclusión

“La práctica de deporte adaptado, sin tener fines de alta competición necesariamente, debiera desarrollarse de forma más profusa a nivel nacional”, señala en su columna, Francisco Flores Barría, académico de Terapia Ocupacional de la USS.

Los Juegos Paralímpicos de Tokio convocan a deportistas de alto rendimiento, quienes han logrado posicionarse en esta competencia por su desempeño y dedicación de forma profesional. Pero, ¿cómo llegaron a ese nivel?

Una práctica deportiva puede estar orientada a diferentes objetivos, los que se formulan acorde a la persona que la realiza y sus necesidades. Las áreas beneficiadas mediante su desarrollo son de orden social, cognitivo, físico, emocional, económico y laboral, entre otros. En el caso de una persona con discapacidad, es una herramienta valiosa a la hora de generar un nuevo propósito de vida.

Francisco Flores_Terapia USS_150x150Hace un tiempo, fui miembro del equipo técnico de la Selección Nacional de Boccias paralímpicas de Chile. En este contexto conocí diferentes experiencias. Vi jóvenes que, de estar todo el día en su casa dependientes de su familia, pasaron a ser independientes en traslado de locomoción colectiva, que comenzaron a pasar mayor tiempo fuera de su casa entrenando, sintiéndose parte de un grupo, con nuevas metas y expectativas, cumpliendo nuevos roles y recibiendo el reconocimiento de su entorno y comunidad.

Bajo esta premisa, el deporte cobra un valor inmenso, sobre todo como instrumento terapéutico que ofrece un sinfín de posibilidades, además de favorecer los procesos de inclusión. En este sentido, la práctica de deporte adaptado, sin tener fines de alta competición necesariamente, debiera desarrollarse de forma más profusa a nivel nacional, en todos los centros abocados a la rehabilitación.

Hoy, los juegos de Tokio están siendo transmitidos por un canal de televisión nacional, convirtiéndose en un hito histórico para el deporte paralímpico. Chile cuenta con grandes atletas y, en virtud de ello, es necesaria la entrega de mayores recursos para su desarrollo. Asimismo, a nivel académico, tenemos el desafío de formar a profesionales de la rehabilitación enfatizando en este tipo de herramienta terapéutica.

Independiente de la configuración final del medallero, el llamado es a mirar la travesía recorrida por estos deportistas que hoy nos representan en el extranjero. Fue ese camino el que los equipó de nuevas oportunidades, posicionándolos como un ejemplo de inclusión que debe ser extensivo a todos los hombres y mujeres en situación de discapacidad.

Francisco Flores Barría
Académico de Terapia Ocupacional
Universidad San Sebastián

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