La capacidad de sobreponernos permanece

Sabemos que el ser humano ha podido enfrentar cada uno de los desafíos que el destino le ha puesto en el camino gracias a su inteligencia y capacidad adaptativa.

La capacidad de sobreponernos permanece

El cambio es lo único permanente. Esta aparente antinomia ha sido una de las frases más utilizadas en charlas, clases y presentaciones sobre innovación, creatividad y emprendimiento. Tiene su origen en los dos grandes pensadores presocráticos que reflejan con su postura esta tensión entre lo permanente y el cambio: Parménides y Heráclito. Así, hasta nuestros días.

Francisco FloresPero es válido preguntarse ¿ qué es lo que realmente cambia? Revisemos algunos ejemplos de la historia reciente. La fotografía en papel, los rollos, los revelados e incluso las cámaras digitales fueron quedando obsoletas por la irrupción y masificación del teléfono móvil. De igual forma, el antaño popular arriendo de películas quedó fuera del sistema, ya que se desarrollaron plataformas para ver cine en casa a un precio fijo. ¿Todo cambió? No realmente. En esencia seguimos obteniendo fotografías, las guardamos y compartimos. Cambiaron el instrumento y la forma, pero no el deseo de capturar recuerdos e inmortalizar momentos.

Esa esencia humana aún permanece intacta, no ha cambiado, al igual como no ha cambiado la necesidad de disfrutar una película. Entonces, si bien hay cambios, estos ocurren en el portador del significado de valor y no en el movilizador de la conducta humana. Cinco siglos A.C., Sócrates enseñaba en parques abiertos. Hoy, la pandemia aceleró una transformación que ya se avizoraba: la educación a distancia. Han variado la forma y los instrumentos, pero en lo esencial hay alguien que quiere aprender y otro que quiere enseñar, ya sea en una montaña o frente a un computador.

La pandemia aceleró una transformación que ya se avizoraba: la educación a distancia. Han variado la forma y los instrumentos, pero en lo esencial hay alguien que quiere aprender y otro que quiere enseñar.

De este modo, las necesidades básicas del hombre como alimentarse, sociabilizar, aprender o protegerse no han cambiado; sí los instrumentos que lo proveen, al igual que ha variado la manera de ver cine y capturar recuerdos. Notorios cambios en las formas en diversos ámbitos como las comunicaciones, la educación, la diversión o la salud han ocurrido hace sólo algunos años y es que la historia se va escribiendo a una velocidad que, en ocasiones, no dimensionamos. Y esta velocidad suele acelerarse en los momentos de crisis, dado que obliga a la humanidad a un rediseño del qué y del cómo hacemos lo que hacemos.

Si miramos crisis que ha padecido la humanidad, nos encontraremos con pandemias, guerras y otros eventos que han afectado la historia, pero también con el desarrollo de innovaciones que han permitido sobreponerse a la tragedia y, a la postre, mejorar la calidad de vida de los hombres. Así, desde la creación de vacunas hasta el surgimiento de nuevas profesiones, han sido respuestas a requerimientos de la contingencia extrema.

Lo mismo sucederá con la actual pandemia que, si bien dejará dolorosos costos en vidas humanas, también es una nueva oportunidad para demostrar que la unidad, el conocimiento científico y la solidaridad entre los hombres son el camino para superar cualquier adversidad. Sabemos que el ser humano ha podido enfrentar cada uno de los desafíos que el destino le ha puesto en el camino gracias a su inteligencia y capacidad adaptativa, aceptando los cambios y actuando con altruismo y buena voluntad. Tenemos la certeza de que así como hoy es el Covid-19, mañana será otro reto; sólo cambia la amenaza, lo esencial permanece y es nuestra inalterable capacidad de sobreponernos.

Francisco Flores Soto
Vicerrector sede Concepción
Universidad San Sebastián

Vea la columna en diario El Sur

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