1989, un año para recordar

El surgimiento de la Universidad San Sebastián permitió dar oportunidades de formación profesional a un segmento de jóvenes que estaban al margen de la educación superior.

 

Aunque había sido estrenada en Italia en 1988, Cinema Paradiso llegó a los cines al año siguiente. La película, dirigida por Giuseppe Tornatore y con música del gran Ennio Morricone, arrasó con los premios de la crítica tanto en América como en Europa y se convirtió en la favorita del público en 1989. La historia de amor por el cine, amistad y sueños se transformó en un ícono del último año de la década de los 80 y se quedó en la memoria de los cinéfilos que no olvidan la sabiduría de Alfredo y la ternura del pequeño Toto.

fernando_quirogaEl estreno de este filme ocurrió en un período colmado de trascendentes acontecimientos en Chile y el mundo. Ese año, en Estados Unidos George Bush asumía la presidencia de su país, mientras que en Argentina Carlos Menem iniciaba una década al mando de la nación y los brasileños elegían a Fernando Collor de Mello como mandatario. Colombia, en tanto, vivía tiempos de dolor a causa de los graves delitos perpetrados por el cartel de Medellín, organización con que el narcotraficante Pablo Escobar sembraba el terror en su país. En noviembre, un atentado contra un Boeing 727 que volaba entre Bogotá y Cali dejó más de cien víctimas, un hecho que demostró que Escobar no tenía límites.

Mientras aquello ocurría en Latinoamérica, la Plaza de Tiananmén era escenario de manifestaciones de estudiantes que eran fuertemente reprimidas por el gobierno. En Europa también se vivían tiempos convulsos. A la caída del Muro de Berlín, que dividió a Alemania durante 44 años, se sumaron cambios en Checoslovaquia y Rumania. El mundo ya no sería el mismo.

La Universidad San Sebastián inició su funcionamiento en marzo de 1990 con poco más de cien estudiantes que tenían sus clases en un edificio ubicado en la Diagonal Pedro Aguirre Cerda.

En tanto en Chile, los electores elegían a Patricio Aylwin como el primer presidente de una transición que permitió décadas de progreso y que se destacó por una política de consensos que otorgó la estabilidad necesaria para cimentar el crecimiento económico y la paz social.

En ese contexto, en Concepción surgió una iniciativa impulsada por dos profesionales que de seguro no previeron el alcance que tendría su proyecto: la fundación de la Universidad San Sebastián, ocurrida el 27 de octubre de 1989.

Raúl Poblete y Javier Pivcevic fundaron esta Casa de Estudios superiores que inició su funcionamiento en marzo de 1990 con poco más de cien estudiantes que tenían sus clases en un edificio ubicado en la Diagonal Pedro Aguirre Cerda. En los primeros años la rectoría estuvo a cargo de la doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación Carmen Vidal. Treinta años después, la universidad nacida en Concepción y con una profunda raigambre en esta zona, ha aportado casi 28 mil profesionales al país y hoy educa a 33.500 estudiantes en pre y postgrado en sus cuatro sedes.

El surgimiento de este proyecto universitario permitió dar oportunidades de formación profesional a un amplio segmento de jóvenes que estaban al margen de la educación superior. Jóvenes que hallaron en esta institución una opción de desarrollo disciplinar y humano.

¿Cuál ha sido la clave de la consolidación de este proyecto universitario?  Amor por la educación, el mismo amor que el protagonista de Cinema Paradiso sentía por el cine. Un profundo respeto y reconocimiento por los orígenes y por todos quienes en estas tres décadas han aportado en el fortalecimiento de la Universidad. Y porque hicimos nuestro el consejo que Alfredo le dio al pequeño Toto: “Hagas lo que hagas ámalo como amabas la cabina del Cine Paradiso”.

Fernando Quiroga Dubournais
Vicerrector Sede Concepción
Universidad San Sebastián

Vea la columna en diario El Sur

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