Impacto del verano en la salud de las embarazadas

La intolerancia al calor es habitual en la embarazada, pues durante la gestación la temperatura corporal es un poco más elevada que lo habitual, por lo que un alza de calor ambiental puede tener mayor impacto en este grupo de personas.

embarazadas verano

El verano es el tiempo ideal para descansar, viajar y disfrutar de actividades diferentes a las que realizarnos durante el resto del año. Esto genera alteraciones alimenticias y modificaciones en hábitos de higiene y de comportamiento, los que pueden favorecer algunas alteraciones o riesgos en las embarazadas.

En esta temporada, las consultas por infecciones del tracto genital femenino aumentan de 10 a 30%. Las mujeres de todas las edades, pero preferentemente gestantes, tienen más riesgo de padecer vulvitis y vaginitis micóticas asociadas a Candida albicans, una levadura u hongo que habita la piel y zona genital, y mayor riesgo de infecciones urinarias.

El riesgo de infección en las embarazadas es de 17 veces mayor que en la población general y se asocia a la pérdida gestacional, ruptura de las membranas, parto prematuro e infección o sepsis de la criatura.

castro_ericaEn cuanto a los viajes al extranjero, especial cuidado adquiere para las gestantes, ir a zonas endémicas de virus Zika. por el riesgo de microcefalia congénita, un desarrollo insuficiente del cráneo y de la masa encefálica. Por otra parte. es común que en esta época se ingieran alimentos como quesos artesanales y otros embutidos ahumados. En estos productos, puede existir Listeria monocytogenes. El riesgo de infección en las embarazadas es de 17 veces mayor que en la población general y se asocia a la pérdida gestacional, ruptura de las membranas, parto prematuro e infección o sepsis de la criatura.

Esta bacteria tolera temperaturas altas y bajas, así como elevadas concentraciones de sal, por lo tanto, resiste procesos de preservación a los cuales comúnmente son sometidos los alimentos. De allí la precaución por los productos elaborados artesanalmente como helados, quesos, embutidos y ahumados.

Además, en estas últimas temporadas ha habido olas de calor que exponen a la gestante a elevadas temperaturas y la intolerancia al calor es habitual en la embarazada, pues durante la gestación la temperatura corporal es un poco más elevada que lo habitual, por lo que un alza de calor ambiental puede tener mayor impacto en este grupo de personas. En estudios publicados, se ha concluido que las temperaturas excesivas hacen que el cuerpo materno reaccione contrayendo los vasos sanguíneos como método de enfriamiento, reduciendo la cantidad de nutrientes que pasa hacia el feto y favoreciendo nacimientos con peso menor.

El aumento de la temperatura en la estación cálida plantearía un riesgo significativamente mayor en comparación con la estación fría.

Por otra parte, en las últimas investigaciones se ha observado que el nacimiento prematuro se asocia con un aumento de la temperatura ambiente y se ha identificado al segundo trimestre como una ventana de tiempo crítica para el riesgo de un parto prematuro por la exposición al calor. El aumento de la temperatura en la estación cálida plantearía un riesgo significativamente mayor en comparación con la estación fría.

Es importante que los niveles de glucosa estén en buen índice en las gestantes. Interesante es que se han observado fluctuaciones estacionales en los niveles de glucosa en ayunas y en los resultados de test de tolerancia a la glucosa Recientemente se ha publicado que en una cohorte de más de 100 mil mujeres entre 2005 y 2016, tanto la media como la incidencia de test de tolerancia alterados fueron más bajas en el invierno y más elevados en el verano. De ahí que se sugiere evaluar las condiciones climáticas locales y la variabilidad estacional de estos exámenes, así como poner énfasis en una alimentación saludable durante la época estival, ya que incrementa el consumo de jugos de frutas, bebidas y helados.

El verano requiere que la mujer embarazada tome precauciones extras además de las propias de su estado. Estar en conocimiento de lo que nos puede afectar, permitirá reconocer los síntomas si se presentan y favorecer la prevención.

Erica Castro
Matrona e investigadora de IPSUSS
Universidad San Sebastián

Vea la columna en diario El Sur

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