Qué pasará con los resultados de la PSU

Es necesario perfeccionar la PSU y otros mecanismos para mejorar el acceso de los estudiantes de familias de menores ingresos; sin embargo, el verdadero problema es el nivel de la calidad y las diferencias entre tipos de colegios en nuestro sistema escolar.

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Para casi 300 mil jóvenes y algunos no tanto, el verdadero regalo de Navidad que esperan será su resultado en la Prueba de Selección Universitaria. A partir de este 26 de diciembre, nuevamente tendremos titulares alusivos a los resultados de la PSU, abordando la cantidad de puntajes nacionales en las distintas pruebas, muy probablemente haciendo mención a que la mitad de quienes rindieron el examen no sobrepasó los 500 puntos. En tanto, otros medios enfatizarán que del orden de 90.000 mil estudiantes no alcanzaron los 450 puntos, y por tanto no podrán siquiera postular a una universidad.

hugo-lavadosEso refleja falta de comprensión sobre la prueba y el significado de los puntajes. Es conveniente recordar que, por definición, los puntajes se obtienen a partir de las respuestas buenas cuyo número se transforma en puntos, usando un método estadístico que construye una curva normal, con forma de campana. Eso es una muy buena representación de la distribución de resultados, porque se trabaja con 200 o 300 mil casos.

Son muy pocas las universidades y carreras que pueden ser selectivas; no hay postulantes para ese propósito.

Todos los años, la mitad de quienes rinden la PSU obtiene más de los 500 puntos por tanto, el 50% obtiene menos de ese puntaje. Todos los años, el número de respuestas correctas y su correspondiente puntaje es bastante estable; en matemáticas con 22 o 23 buenas de 75, se obtiene 500 puntos. Al conocer este puntaje muchos dicen “¡tan pocas!”, sin pensar que uno de cada dos obtuvo menos de ese puntaje, es decir, tuvo menos respuestas correctas.

Adicionalmente, en estos días se publicarán los colegios con más estudiantes con puntajes nacionales, los con mejores promedios. Se desarrollarán rankings, se compararán características y se observará la brecha entre particulares pagados y el resto. En el último tiempo las innovaciones respecto a la admisión universitaria han venido por el lado de la incorporación del promedio de notas, y rankings de estudiantes en sus colegios, a los que se asignan puntos en la escala PSU.

Si bien esta vez también se hablará de resultados sobre 600 o 700 puntos, es bueno saber que se referirán a minorías: solo un 18% obtiene más de 600, un 3.5% sobre 700 (del orden de 10.000 personas) y un 0,3% sobre 800 puntos. Por eso, son muy pocas las universidades y carreras que pueden ser selectivas; no hay postulantes para ese propósito.

La PSU es una manifestación de la baja calidad de nuestra educación escolar en general y de las fuertes diferencias entre estratos socioeconómicos que se mantiene en nuestro sistema.

Pese a todos los cambios, es importante advertir que no ha variado el origen de los estudiantes, es decir, los puntajes promedio van bajando desde colegios particulares pagados de mejor nivel a colegios subvencionados y luego a colegios municipales, y dentro de esas categorías obtienen puntajes más bajos los estudiantes de la educación media técnico profesional.

La PSU no es perfecta, pero mucho del debate en torno a la prueba se asemeja a discutir la precisión de un termómetro, en realidad es una manifestación de la baja calidad de nuestra educación escolar en general y de las fuertes diferencias entre estratos socioeconómicos que se mantiene en nuestro sistema. Es necesario perfeccionar la prueba y otros mecanismos para mejorar el acceso de los estudiantes de familias de menores ingresos; sin embargo, el verdadero problema es el nivel de la calidad y las diferencias entre tipos de colegios en nuestro sistema escolar, que es anterior a la PSU, y que se refleja en ella. Eso no lo resuelve romper el termómetro.

Hugo Lavados Montes
Rector
Universidad San Sebastián

Vea la columna en La Tercera

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