Organización y tolerancia para disfrutar las vacaciones

Cada familia es un mundo diverso, que guarda sus complejidades y mantiene sus dinámicas particulares.

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Las vacaciones de verano son el periodo del año en que más tiempo se comparte con la familia. Disfrutar de estas semanas de descanso con los seres queridos es el panorama ideal. Sin embargo, estos días pueden convertirse en un cúmulo de malos ratos si no planificamos con antelación las actividades individuales, responsabilidades en el hogar y momentos para compartir con la familia.

En realidad, no es que haya una receta para que las vacaciones sean tranquilas y sin conflictos. Cada familia es un mundo diverso, que guarda sus complejidades y mantiene sus dinámicas particulares.

Una forma de mantener el equilibrio es negociando los espacios durante este período, cada integrante de la familia debe tener la opción de decidir a qué dedicar el tiempo.

No obstante, si utilizamos ciertas habilidades y se hace consciente eJAVIERA-HERNANDEZl funcionamiento de las formas de relacionarse, podemos mantener un clima favorable. Una forma de mantener el equilibrio es negociando los espacios durante este período, cada integrante de la familia debe tener la opción de decidir a qué dedicar el tiempo, ya sea pasando momentos agradables con la familia, con amigos, en algún hobbie o incluso aprovechando momentos de soledad para conectarse consigo mismo y sus emociones.

Las vacaciones pueden transformarse en una oportunidad para sobreponerse del estrés del año, de reencuentro con personas que no se ven a diario, ordenar sensaciones y reinventarse en torno a las experiencias. No solo son una instancia de desconexión laboral o académica, sino también de reconectarse con otros ámbitos de la vida cotidiana. Esa es la idea que se espera que los adultos puedan transmitir a los hijos.

Las vacaciones pueden transformarse en una oportunidad para sobreponerse del estrés del año, de reencuentro con personas que no se ven a diario, ordenar sensaciones y reinventarse en torno a las experiencias.

Por otro lado, planificar las vacaciones implica elegir un destino teniendo en cuenta las preferencias y anhelos de todos los integrantes de la familia. La idea debe ser siempre buscar consensos, pues obligar puede ser una decisión que solo genere rechazo. Además, hay que considerar un presupuesto que esté aprobado por la gran mayoría de la familia y tratar en lo posible de no elevar los gastos.

Hay que tener en cuenta que distribuir las tareas, facilita la convivencia. Esto implica asignar rotativos de limpieza, orden, preparación de comidas, etc. Por último, es necesario conversar de la actitud, pues se debe transmitir que el periodo tiene que ser enfrentado con entusiasmo y con agradecimiento, lo que resulta crucial para que no haya roces y se pueda disfrutar tanto de momentos personales como compartidos.

Javiera Hernández Fernández
Psicóloga y coordinadora de Formación Integral
Universidad San Sebastián, sede Concepción

Vea la columna en Diario El Sur

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