La urgencia de contar con educación financiera
Es preocupante la facilidad con que se accede al crédito, ya que es un hecho que las instituciones bancarias ofrecen tarjetas y líneas de crédito a personas sin solvencia económica.
La relevancia de tener acceso al crédito es indiscutible. Para la mayoría de las familias, es la única manera de adquirir bienes de larga duración, disfrutar de vacaciones o, en muchas ocasiones, es la forma de enfrentar situaciones complejas como accidentes o enfermedades. Afortunadamente, en Chile la oferta crediticia es amplia y se adapta a las necesidades de cada segmento socioeconómico.
No obstante, esta herramienta que tanto beneficio puede otorgar también se ha transformado en una fuente de graves problemas, pues mientras un porcentaje de la población hace un uso adecuado de los créditos, casi cuatro millones y medio de personas están en morosidad en Chile.
De acuerdo al XX Informe de Deuda Morosa que elabora la USS, con datos proporcionados por Equifax, la región del Biobío registra 520 mil personas en esta situación. Es necesario aclarar que no se trata de aquellos que mantienen una deuda controlada con una institución financiera, sino que son personas que no han podido cumplir con sus responsabilidades. De ese total, un 44% mantiene compromisos impagos con el retail y poco más de un tercio tiene baja o muy baja probabilidad de cumplimiento, debido a la cantidad de documentos impagos que, en algunos casos, sobrepasa los diez.
Es responsabilidad tanto del sistema educativo como de las familias transmitir una actitud responsable frente al endeudamiento.
Varios son los factores que pueden explicar esta situación. Por supuesto que no hay que desconocer que muchos chilenos no pueden cumplir sus compromisos financieros por situaciones que superan sus capacidades. Una enfermedad, un accidente o la pérdida del trabajo son circunstancias que, en una sociedad tan individualista como la nuestra, obligan a endeudarse sin medir las reales posibilidades de cada uno. Asimismo, los bajos salarios que no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de una familia son también parte de la realidad de muchos compatriotas.
Pero hay otros factores que no se pueden obviar. La facilidad con que se accede al crédito es una variable que se debe considerar, ya que es un hecho que las instituciones bancarias ofrecen tarjetas y líneas de crédito a personas sin solvencia económica, por ejemplo, a estudiantes universitarios.
Lo ideal sería que los colegios incorporaran temas financieros desde los primeros años de manera transversal en el currículum mientras tanto los padres deben enseñar, a través del ejemplo, a manejar de manera eficiente y responsable los recursos económicos.
Muchas veces estos jóvenes aceptan compromisos que difícilmente pueden asumir porque no generan recursos y carecen de conocimientos y la necesaria cultura financiera. Es responsabilidad tanto del sistema educativo como de las familias transmitir una actitud responsable frente al endeudamiento. Lo ideal sería que los colegios incorporaran temas financieros desde los primeros años de manera transversal en el currículum mientras tanto los padres deben enseñar, a través del ejemplo, a manejar de manera eficiente y responsable los recursos económicos.
El consumismo en el que estamos inmersos también es un elemento sobre el que se debe reflexionar, pues la adquisición de bienes de manera irreflexiva es muchas veces una forma de compensar carencias o vivir de apariencias. Una vida austera en que prioricemos los vínculos afectivos y las experiencias puede liberarnos del exceso de gasto que tarde o temprano conduce al sobreendeudamiento y de ahí a la morosidad. Los padres debemos entender que nuestro comportamiento en este ámbito es un ejemplo para los hijos que deben aprender, desde niños, a manejar el dinero con responsabilidad.
Fernando Quiroga Dubournais
Vicerrector Sede Concepción
Universidad San Sebastián
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