Para ser parte del próximo eclipse, hay que tomar algunas precauciones, ya que la radiación ultravioleta puede dañar la córnea y provocar una inflamación llamada queratitis, debido a las quemaduras.
Un eclipse, es uno de los fenómenos más hermosos de la naturaleza y de la astronomía. El valor científico de estos acontecimientos se conoce desde la época de Edmund Halley, en el siglo XVII, pero ninguno de ellos ha sido tan importante como el de 1919, que fue el que le dio a Albert Einstein la confirmación científica de la Teoría General de la Relatividad.
En un evento como éste, la brillante cara del sol queda cubierta gradualmente por la luna, durando unas cuantas horas (eclipse parcial). Durante el breve período de un eclipse total -en el que la luna cubre por completo el sol- la luz del día da paso a un cielo crepuscular. La atmósfera exterior del sol (conocida como la corona solar), aparece gradualmente y resplandece como un halo alrededor de la luna que lo cubre.
Por esto, observar un eclipse solar es una experiencia que merece la pena vivir y recordar, pero hay que tener precaución: “mirar directamente al sol, pude producir graves daños a los ojos aunque sea por un corto período de tiempo sin tener la protección correcta”, asegura el doctor en Ciencias de la Visión e investigador de la Universidad San Sebastián, Cristian Chávez.
Precisa que “la radiación ultravioleta puede dañar la córnea y provocar una queratitis debido a las quemaduras. Además, esta radiación es tan intensa, que atraviesa todas las estructuras del ojo, alcanzando la retina, lo que puede ocasionar una lesión en la mácula, que a su vez puede causar una retinopatía solar, la que podría provocar una pérdida total de la visión. Todo esto, siempre asociado al tiempo de exposición de cada persona”.
Así entonces, se debe considerar que solo hay una forma segura de mirar directamente al sol, ya sea durante un eclipse o no, y esta es a través de filtros solares especiales para ese propósito: “estos filtros solares se utilizan en los ‘anteojos para eclipses’ o en visores solares manuales. Lo más importante de esto, es que deben cumplir las normas mundiales altamente específicas conocidas como ISO 12312-2”, dice Chávez.
Además, el experto puntualiza que “hay que tener presente que los anteojos de sol comunes, aún los muy oscuros, o los filtros artesanales, hechos en el hogar no son seguros para mirar el sol ni para mirar un eclipse”.
El investigador USS da algunos consejos a seguir para ver sin riesgo un a eclipse solar: