Benito Baranda encabezó encuentro para analizar “Sueldo Justo” en USS Concepción

Junto al presidente de América Solidaria expusieron Eugenio Yáñez, director académico de la EL de la USS, y Cecilia Ponce, , directora ejecutiva del Hogar de Cristo Bío Bío.

 

Como un tema “no económico, sino moral” definió Benito Baranda, presidente de América Solidaria, el sueldo ético o sueldo justo, en un encuentro convocado por la Pastoral de la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la U. San Sebastián Concepción, junto a la Escuela de Liderazgo, jornada enmarcada en el Mes de la Solidaridad.

La actividad se inició con las palabras de Sergio Castro Alfaro, vicerrector de sede, quien afirmó que “junto con sueldo ético también debiéramos pensar en jubilaciones éticas. Son dos temas fundamentales a discutir por una sociedad que tienen en marcha cambios importantísimos, como por ejemplo, la gratuidad en la educación”, expresó.

Luego, Cristian Puentes Rivas adelantó que “vamos a hablar de justicia, de solidaridad, más que de economía. Queremos abrir discusión, abrir debate, para que nuestros futuros profesionales influyan en la opinión de los demás en favor de justicia para quienes más la necesitan”.

Asimismo anunció un momento especial: la entrega de un reconocimiento a aquellos funcionarios y académicos que han sido parte importante en el desarrollo de los diferentes voluntariados realizados por los alumnos, en el Mes de la Solidaridad, destacándose por su compromiso, entrega, entusiasmo e interés en las iniciativas.

Los alumnos Felipe Lobos, Alexander Silva, Sebastian Oyarzún, Diego Soto y Bárbara Valderrama, quienes lideraron cada uno de los voluntariados, entregaron un reconocimiento a los funcionarios y profesores Carmen Paz Soto, Eduardo Pereira, Roxana Gómez, Doralisa Araya, Rodolfo Estrada, Arturo Luengo, Raúl Luengo y Soledad González (se suma a ellos Hernán Freire, ausente en la ceremonia). También Grecia Zúñiga Quiero, presidenta de la Federación de Estudiantes de la USS Concepción, expresó su mensaje.

Sueldo justo y mercado
La primera presentación estuvo a cargo de Eugenio Yáñez Rojas, director académico de la Escuela de Liderazgo de la Universidad San Sebastián, quien señaló que “nos cuestionamos si es necesario preguntarse sobre el “sueldo justo”, ya que existe un mercado que regula el sueldo, el “precio de mercado”, lo que se “está pagando hoy día”. Por lo tanto, según la curva de la oferta y la demanda, ya existiría un indicador, y el tema estaría “resuelto”. Pero evidentemente existen muchos otros sentidos al plantearnos la pregunta, sobre todo cuando lo relacionamos con el desarrollo humano”, dijo.

Coincidió con Benito Baranda en que es un problema moral. “Tiene que ver con la disposición interna de dar a cada uno lo que corresponde. Es más bien un problema antropológico”, sostuvo.

Yáñez señaló que el problema del sueldo justo o ético ya está mencionado en el antiguo y el nuevo testamento, y que la encíclica Rerum Novarum lo analiza intensamente. “Las crisis económicas se superan con más humanidad, no con más análisis económico”, precisó.

Benito Baranda Ferrán continuó las exposiciones. “Exacerbamos el crecimiento violentando a la justicia. Quizás si nos hubiéramos propuesto crecer un poco menos (incluso, quizás sin necesidad de frenar el crecimiento), pero de manera más justa, ese crecimiento sería más sólido, como ocurre con Portugal, que tiene condiciones similares a las de Chile. Pero nunca se entendió que, si se distribuyen bien las tremendas diferencias salariales que tenemos, crecemos todos, como sociedad…”, reflexionó.

En lo que tiene que ver con los chilenos, con nosotros mismos, ganan los prejuicios, tremendamente arraigados a la cultura. Análisis de los resultados de las encuestas CEP y del Instituto Nacional de Derechos Humanos, cruzadas, arrojan que un 41 por ciento de los chilenos cree que los pobres lo son por flojera, y un 27 por ciento, por culpa de los vicios, del alcoholismo. Un 57% de compatriotas cree que los pobres lo son por falta de esfuerzo personal, falta de interés por surgir, y un 62% cree que los pobres tienen sangre indígena”, desarrolló.

En lo concreto, el ex director social del Hogar de Cristo se mostró muy crítico. “Si no hemos sido capaces de construir un país justo con estas teorías económicas, entonces, tenemos que cambiarlas: no sirven. Ahora, no todo es tan gris, ha habido un crecimiento salarial. Pero para salir de la pobreza falta mucho. Un ingreso de 360 mil pesos es el mínimo para vivir con lo básico, en cuanto a dignidad. Y el 50% de los trabajadores gana menos de 340.000. Lo peor de este país es que personas trabajadoras viven en pobreza, eso no puede ser. No es un tema económico, es moral”, manifestó.

Los actores sociales deben sentarse a construir una relación, no esperar a que las personas tengan que movilizarse para visibilizar sus problemas. Salimos a marchar por modificar las AFP, pero ¿quién estará dispuesto después a crear el Fondo Solidario? Marchamos por la educación gratuita, ¿y quién estará verdaderamente dispuesto a estudiar junto a un muchacho de una población estigmatizada?”, planteó Baranda ante la comunidad académica y universitaria.

El presidente de América Solidaria estableció que “reciprocidad, responsabilidad y solidaridad” sientan bases para definir un salario ético, digno, decente. “Se debe cambiar la cultura para empezar a ceder. La mentalidad de muchos es “yo te doy trabajo, yo te hago un favor. No eres socio mío, tú me tienes que dar las gracias a mí. Eso es errático; se debe mentalizar desde las universidades, desde las empresas, que la relación trabajo y empleador es una alianza, es una relación en la que ambos ganamos”, puntualizó.

También malas condiciones laborales
Finalmente, Cecilia Ponce analizó cómo las brechas económicas afectan a los más excluidos, a los más pobres de entre los pobres, “que son las personas con las que trabaja el Hogar de Cristo, adultos mayores; personas que tratan de salir de consumos; niños…. Antes de hablar siquiera de sueldo justo debemos hablar de trabajo, de acceso al trabajo y a mejores condiciones. Una persona con discapacidad tiene una enorme dificultad para hallar un lugar en el mundo laboral, y si es empleada, está permitido que por ley que ganen el mínimo, o mucho menos que lo que ganan las personas no discapacitadas. Eso, en cualquier sociedad, es impresentable”, afirmó, a la vez que criticó la precariedad general del trabajo en Chile, sin contrato, en malas condiciones y por supuesto, con malos sueldos.

“Si queremos que los compatriotas salgan de la pobreza, las familias deberían vivir con un ingreso de 400 mil pesos (dependiendo del número de integrantes). De verdad, ojalá nos enojemos, sintamos rabia ante esa injusticia, pero esa rabia que moviliza, ese enojo que genera acción, y cambios”, concluyó.

Los invitados finalizaron sus presentaciones en un panel de conversación, moderado por Cristian Puentes..

WhatsApp