Alimentación infantil en verano

Si nos proponemos, el verano puede ser una estación llena de oportunidades. Intentemos mantener una rutina en la alimentación familiar aún en periodo de vacaciones.

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Con las esperadas vacaciones cambia la rutina familiar, especialmente la de nuestros hijos e hijas, los que generalmente disponen de mayor tiempo libre pasando más horas en casa.

La modificación de la rutina habitual puede significar una gran amenaza para la salud nutricional de nuestros pequeños. Su estado de ánimo puede verse afectado produciendo más ansiedad por comer, el uso excesivo de pantallas (computadores, tablet, celulares o televisión) se relaciona directamente con más obesidad y estar más tiempo en casa amplía las posibilidades de tomar alimentos libremente en horarios no habituales.

Actualmente el 50% de los escolares de primero básico presentan sobrepeso u obesidad (Junaeb, 2017). Se destaca en nuestros niños un bajo consumo de frutas, verduras, lácteos y legumbres (ENCA, 2014), todos alimentos que favorecen el crecimiento y desarrollo con reconocidas propiedades en la prevención de enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, hipertensión y dislipidemia.

Si nos proponemos, el verano puede ser una estación llena de oportunidades:

  • Intentemos mantener una rutina en la alimentación familiar aún en periodo de vacaciones
  • Procuremos alimentar a nuestros niños y niñas cada 3 a 4 horas,
  • Prefiramos agua como fuente de hidratación,
  • Aprovechemos la gran variedad de frutas y verduras de la temporada para consumir como ensaladas, tortillas, budines, postres o helados,
  • Limitemos los alimentos ultra procesados en la despensa familiar,
  • Evitemos premiar con golosinas, cocinemos en familia y compartamos la mesa.

De esta manera estaremos cuidando la salud de todos, especialmente la de los más pequeños de la casa.

Daniela Vergara Sandoval
Académica de Nutrición y Dietética
Universidad San Sebastián

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