Acompañándonos en tiempos de crisis

Una de las principales herramientas que tenemos para poder transitar por este proceso de crisis es la contención emocional.

Acompañándonos en tiempos de crisis

En las últimas semanas nuestro país ha vivido un nuevo escenario de crisis social, en que ninguno de nosotros se ha visto ajeno a las distintas emociones que moviliza.

Primero debemos entender las crisis como períodos de inestabilidad e incertidumbre que irrumpe en nuestra cotidianidad, finalizando en la creación de un nuevo orden o cotidianidad. Entonces, ¿cómo cuidar nuestra salud mental durante el período de crisis social que estamos viviendo?

Nathalie Cataldo AlvaresSegún datos de la Sociedad Chilena de Salud Mental y otras investigaciones, Chile tiene un 23% de su población que vive con diagnóstico en salud mental y se presume que alrededor de un 80% vive con signos y síntomas sin diagnóstico.

En un contexto inestable como el que estamos viviendo en que nuestro estilo de vida ha sido alterado y nuestro futuro parece incierto, es esperable que algunas emociones se presenten más intensamente o de manera simultánea distintas de ellas.

Ante esto, una de las principales herramientas que tenemos para poder transitar por este proceso de crisis es la contención emocional, mediante espacios en que podamos hablar e informarnos de lo que está ocurriendo e identificar las emociones que se manifiestan en nosotros, entendiendo que cada uno lo vivirá de modo distinto de acuerdo a su historia personal, poniendo en juego nuestra capacidad de escucha, tolerancia y respeto; reconociendo que es una realidad que todos formamos parte.

En lo posible mantener ciertas actividades o rutinas que den continuidad a nuestro estilo de vida, como hábitos de sueño, alimentación, encuentros y actividades que nos hagan sentir bien, sentirnos acompañados.

También, tener espacios de descanso y calma, evitando la sobreexposición a redes sociales o medios de comunicación que puede volverse difícil de procesar y aumentar ansiedades o temores. En lo posible mantener ciertas actividades o rutinas que den continuidad a nuestro estilo de vida, como hábitos de sueño, alimentación, encuentros y actividades que nos hagan sentir bien, sentirnos acompañados.

Para los niños y niñas en que su cotidianidad también se ha visto alterada, por ejemplo, por la interrupción de clases, será esencial conversar con ellos y explicarles de modo sencillo lo que está ocurriendo en las calles, como una situación excepcional y transitoria, ser capaces de empatizar y contener sus emociones, ayudando a que puedan identificarlas, nombrarlas y expresarlas, contribuyendo a que se sientan seguros y calmados.

Por último, regular y acompañar su exposición a noticias o medios de comunicación, ya que la información e imágenes no suelen estar adaptadas para ellos. En conclusión, acompañarnos en tiempos de crisis es tarea de todos.

Nathalie Cataldo Alvares,
Psicóloga de Atención Estudiantil
Universidad San Sebastián, sede Valdivia

Vea la columna en Diario Austral de Valdivia

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